La unidad del PSC y el PSOE en torno al referéndum independentista sufrió en la mañana de este 1 de octubre una grieta. En dos declaraciones públicas, el líder del PSC, Miquel Iceta, y el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, evidenciaron notables diferencias en sus comparecencias dirigidas a la opinión pública (disponibles al final de este artículo), que no aceptaron preguntas de la prensa.
El líder de los socialistas catalanes pidió el "cese inmediato de los intentos de impedir por la fuerza una importante movilización ciudadana en un simulacro de votación". En otras palabras, que la Policía deje de actuar contra los centros de votación y los centenares de personas que bloquean su entrada en muchos puntos.
En su comparecencia, Ábalos no se refirió a las imágenes de tensión y violencia vividas en Cataluña, pero fuentes socialistas recordaron que los agentes de la Policía y la Guardia Civil no han hecho sino cumplir con su obligación, dictada por sus superiores para mantener la legalidad.
Iceta sugiere moción de censura, Ferraz calla
Más allá de la valoración de las actuaciones policiales, la declaración de Iceta aporta importantes novedades sobre la posición del PSC. En su declaración, aseguró que Carles Puigdemont y Mariano Rajoy, por igual, "deben reflexionar sobre si son las personas más adecuadas para impulsar el diálogo" que reclaman los socialistas.
"Si no se ven capaces de restablecer la normalidad y de abrir la puerta a una negociación seria, lo mejor es que renuncien a sus responsabilidades en favor de quien pueda hacerlo, o de proceder a convocar elecciones adelantadas en Cataluña y España".
Iceta no lo decía, pero casi. En el PSC ya sugieren elecciones anticipadas o una moción de censura a Rajoy en el Congreso de los Diputados, ya que comprometen su apoyo a un Gobierno alternativo que pueda encauzar ese diálogo. Puesto que en la Generalitat la mayoría independentista de momento no ha dado muestras de una fractura de tal calibre, el PSC empuja al PSOE a considerar ya una moción de censura que, de momento, Ferraz rechaza.
La iniciativa contaría en principio con la predisposición favorable de Podemos, pero dependería después o bien de Ciudadanos o de los partidos nacionalistas e independentistas, incluyendo al PDeCAT y ERC, que abanderan el referéndum. La aritmética no ha cambiado desde junio de 2016. El PSOE guarda silencio oficial en este sentido, aunque en privado la posición del equipo de Pedro Sánchez no ha cambiado. Ahora no toca una moción de censura.
Iceta ya no descarta un referéndum pactado
La última de las novedades de Iceta hay que leerla entre líneas, pero un sencillo comentario de texto sirve para ilustrar el cambio de posición de los socialistas catalanes, que tampoco comenta Ferraz.
La apuesta de diálogo del PSC ya no se limita a una reforma constitucional votada por todos los españoles que seduzca también a los ciudadanos de Cataluña. Iceta quiere "una negociación que debe culminar en un pacto que debe incluir el instrumento que permita votar a los catalanes con todas las garantías y, si el contenido del pacto incluye una reforma constitucional, al conjunto de los españoles".
En otras palabras: los catalanes deben votar, sí o sí, sobre su futuro, independientemente de que lo hagan el conjunto de los ciudadanos españoles, algo que pasa a no ser imprescindible. El PSC quiere "dialogar, sin excluir nada y sin prefigurar el resultado de la negociación", ha dicho Iceta. Es decir, que ya no hay nada innegociable, ni siquiera un referéndum de autodeterminación si es pactado.
"Ya habrá tiempo de valoraciones políticas, a esta hora lo primordial es que todos intentemos que esta jornada transcurra con las mayores dosis de calma de lo que hemos visto hasta ahora", ha dicho Ábalos, quien ha culpado "en primer lugar" a la Generalitat y "en segundo" "al Gobierno de España, del PP".
Declaración íntegra de Miquel Iceta
El fracaso de la política que los socialistas hemos denunciado desde hace tiempo nos ha llevado a los hechos lamentables de hoy en una jornada triste.
La incapacidad para el diálogo de los gobiernos presididos por Carles Puigdemont y Mariano Rajoy, y la decisión temeraria de la mayoría parlamentaria independentista de celebrar un referéndum unilateral e ilegal, que tampoco ha recibido una respuesta política del gobierno de España, han sido la causa del choque de trenes del que nosotros advertimos hace tiempo.
La irresponsabilidad de unos y otros nos ha llevado hasta aquí, y no queremos que actuaciones policiales con uso de la fuerza puedan dañar la convivencia que, a pesar de todo, sigue absolutamente vigente en Cataluña.
Lo hemos dicho desde el primer momento: hoy no se está produciendo un referéndum efectivo, vinculante y con garantías. Cualquier intento de dar validez jurídica a la movilización de hoy no tiene ningún sentido.
No estamos, pues, ante un referéndum que pueda legitimar decisiones políticas relevantes. Es por ello que consideramos inaceptable cualquier acción policial desproporcionada. Pedimos, por tanto, el cese inmediato de los intentos de impedir por la fuerza una importante movilización ciudadana en un simulacro de votación.
Ahora mismo, los presidentes Rajoy y Puigdemont están obligados a dialogar para evitar males mayores. Ahora mismo deben poner las bases para que se produzca el diálogo y la negociación que han sido incapaces de mantener a lo largo de los últimos cinco años.
Ni Rajoy ni Puigdemont han estado a la altura. Deben reflexionar sobre si son las personas más adecuadas para impulsar el diálogo. Si no se ven capaces de restablecer la normalidad y de abrir la puerta a una negociación seria, lo mejor es que renuncien a sus responsabilidades en favor de quien pueda hacerlo, o de proceder a convocar elecciones adelantadas en Cataluña y España.
Ni Cataluña ni el conjunto de España se merecen esto. Hay otro camino. Los partidarios del diálogo debemos ser capaces de ayudar, desde dentro o desde fuera de los gobiernos, a una negociación que debe culminar en un pacto que debe incluir el instrumento que permita votar a los catalanes con todas las garantías y , si el contenido del pacto incluye una reforma constitucional, al conjunto de los españoles. Los socialistas lo hemos pedido desde hace mucho tiempo. Hemos proporcionado voluntad para el diálogo, instrumentos para el diálogo con la creación de una Comisión en el Congreso, y propuestas concretas.
Reiteramos nuestra mano extendida a todos los que quieran sinceramente dialogar, sin excluir nada y sin prefigurar el resultado de la negociación. Estamos dispuestos a dar estabilidad a los gobiernos que se impliquen de forma activa en la búsqueda de una solución.
Llamamos a la calma y la serenidad. El problema que tenemos entre manos y las tensiones desatadas hoy tienen solución a través de un diálogo sincero al que nos comprometemos y al que emplazamos a todas las instituciones y todas las fuerzas políticas.
Declaración Íntegra de José Luis Ábalos
Hoy es un día triste para nuestra democracia, no nos gusta lo que estamos viendo y no nos gusta lo que el mundo está viendo.
Por eso, en primer lugar queremos hacer un llamamiento a la calma y a la serenidad. Queda jornada por delante y nuestro deseo es que no se produzcan más situaciones como las que estamos viendo en las calles de Cataluña.
Ya habrá tiempo de valoraciones políticas, a esta hora lo primordial es que todos intentemos que esta jornada transcurra con las mayores dosis de calma de lo que hemos visto hasta ahora.
La vergüenza y la tristeza ante lo que estamos viviendo hoy no debe hacernos olvidar que es consecuencia del fracaso que supone la ausencia de la política y el diálogo.
En primer lugar y por orden de responsabilidad, los principales responsables es el Gobierno de la Generalitat, que ha llevado la política de las instituciones a la calle. Dividiendo a la sociedad catalana y poniendo en riesgo la convivencia y la seguridad.
En segundo lugar, el Gobierno de España, del Partido Popular, por su incapacidad para comprender y prever lo que está pasando en Cataluña. Y no será porque el Partido Socialista no lleva años advirtiendo de los efectos de inacción política.
Ante tal cúmulo de responsabilidades, insistimos en primer lugar al Gobierno de la Generalitat. Insistimos en su responsabilidad. Los socialistas apostamos por la responsabilidad del Estado y la defensa del diálogo como única salida posible.
El gobierno catalán se ha instalado en la desobediencia y el gobierno de España parece superado por esta situación. Y esto nos preocupa.
La sociedad catalana es la primera y principal víctima de esta fractura.
También lo es el conjunto de la sociedad española, que asiste atónita a esta situación.
Insistimos, Cataluña y el conjunto de España necesitan la calma y la normalidad que debe caracterizar una jornada como esta en una sociedad democrática. Esa es nuestra principal preocupación de hoy.
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