La estación del AVE de Sants, en Barcelona, ha sido un hervidero durante toda la mañana. Cientos de personas abarrotaron todos los trenes que llegaban a la Ciudad Condal para participar en la marcha 'Recuperem el seny' que comenzará a las 12.00 en la Plaza Urquinaona. Sin embargo, los gritos comenzaron mucho antes. Concretamente cuando muchos de esos constitucionalistas se dieron cuenta de que en la misma estación, pasando el arco de seguridad, se encontraba Pablo Iglesias.
"Fuera, fuera", "Viva España, Viva Cataluña" e insultos, muchos insultos fue lo que más escuchó el líder de la formación morada mientras atravesaba el arco de seguridad en dirección a los andenes. Al otro lado, cientos de personas ondeando banderas de España gritaban y le señalaban. Iglesias, por un momento y mientras esperaba a que el resto de su grupo, se quedó mirando fijamente a quienes le increpaban. Los decibelios subieron de forma considerable.
No se produjo más tensión. Esta se traslada a ahora a Barcelona donde miles, decenas de miles de personas tomarán parte en la manifestación multitudinaria por la unidad de España como continuidad a la que ya reunió ayer en Madrid a unas 50.000 personas, según datos de la Policía, convocadas por la Fundación Denaes de Jaime Mayor Oreja.
Pablo Iglesias, que se regresaba a Madrid después de participar en la noche del sábado en el programa Preguntes freqüents en TV3, reaccionó al 'escrache' improvisado que sufrió con talante democrático, y así lo comentó, sin darle mayor importancia, en su cuenta personal de Twitter.