Moncloa da por hecho que aplicará el 155 al recibir sólo evasivas de Puigdemont

Cuanto más se acerca el vencimiento del primer plazo que tiene Carles Puigdemont para aclarar si ha declarado o no la independencia de Cataluña, más crece la sensación de que el presidente de la Generalitat optará por responder al requerimiento del Gobierno de Mariano Rajoy con una evasiva. Una respuesta ambigua que teme el Ejecutivo, que reclamaba este domingo "hechos reales" al interpelado. 

El encargado de enviar el mensaje del Gobierno a 24 horas de que expire el plazo fue el ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, que pedía al presidente de la Generalitat "hechos reales" y no "palabras vacías que suenen bien" y también le exigía que se mueva "dentro de la ley" para poder basar sus decisiones "en la paz, la firmeza y la democracia"; conceptos a los que se había referido Puigdemont en los actos de homenaje a Lluís Companys. 

Una respuesta ambigua que activaría el segundo plazo

Desde que el Ejecutivo envió su confuso requerimiento a Puigdemont, en el Palacio de la Generalitat se han multiplicado las reuniones y contactos para definir una estrategia. La incertidumbre es máxima ante un momento histórico y cuya solución se antoja más que compleja. Varias fuentes apuntaban durante el fin de semana, entre ellas una información exclusiva de TV3, a que el Govern apostará este lunes por una respuesta calculadamente ambigua, en la que no dejará claro si ha declarado o no la independencia. 

En el requerimiento del Gobierno a Puigdemont, se reclama una respuesta clara, sea afirmativa o negativa, y se añade que si no hay tal claridad, se tendrá en cuenta que la contestación es afirmativa. Es decir, si, como parece, Puigdemot apuesta por una evasiva, el Ejecutivo asumirá que la independencia de Cataluña está declarada. Y, en consecuencia, entrará en vigor el segundo plazo (hasta el jueves 19 a las 10 horas) para que Puigdemont rectifique.

Llegado ese segundo vencimiento sin una rectificación, se aplicaría el artículo 155 de la Constitución, que supone la suspensión, total o parcial, de la autonomía catalana. Si ese escenario se cumple, Rajoy negociará con Pedro Sánchez cómo se aplica este polémico artículo. Lo más probable, en todo caso, es que se utilice para convocar elecciones autonómicas, que ya se vislumbran como la única solución a esta crisis. 

División entre los separatistas

Hipótesis aparte, en las últimas horas se ha evidenciado que existe división entre los independentistas sobre la fórmula de contestación al Gobierno. La mayoría del bloque separatista quiere que Puigdemont responda al Ejecutivo de Rajoy declarando la independencia de Cataluña. Esta opinión es compartida por la mayor parte del PDeCAT, sus socios preferentes de ERC, la CUP y las entidades Òmniun Cultural y ANC.

Frente a esa postura mayoritaria, un sector del PDeCAT encabezado por Artur Mas, algunos consejeros del Govern como Santi Vila y diputados en Madrid apuestan por la tesis de que Puigdemont recule y no haga efectiva la DUI. Esta tesis es respaldada sin fisuras por el empresariado catalán, que considera que una declaración unilateral sería un problema de gravísimas consecuencias para Cataluña.

Se acerca el momento de responder al Gobierno y Puigdemont sigue escuchando estas presiones contrapuestas. La decisión llegará, por burofax, este lunes antes de las 10 de la mañana.