El Gobierno ya tiene perfilado el paquete de medidas que impulsará para neutralizar a Carles Puigdemont si no deja claro antes de las diez de la mañana que no declaró la independencia. A pesar de que el ultimátum finalice este jueves, Mariano Rajoy está dispuesto a paralizar cualquier trámite parlamentario que implique la aplicación del artículo 155, según reconocen a EL ESPAÑOL fuentes gubernamentales. La única vía para desactivarlo sería que el president anuncie que vuelve a la legalidad, ya sea convocando unas elecciones o pidiendo acudir al Congreso de los Diputados para que el Parlamento debata y vote su proyecto para Cataluña.
La gran obsesión que persigue al presidente y a su equipo desde que empezaron a estudiar el artículo 155 de la Constitución son los efectos secundarios que su aplicación tendrá en la sociedad, sobre todo la catalana. Rajoy es partidario de aplicar "a fuego lento" la Carta Magna y acudir al Senado cuantas veces sea necesario para frenar en seco a los independentistas. También de retirar cualquier trámite en marcha si Puigdemont decide volver a la legalidad. "Todo es reversible", reconocen las mismas fuentes.
Si se cumple el peor de los escenarios y hay que aplicar el 155 hasta el punto final, en Moncloa trabajan concienzudamente para no transmitir en ningún caso la "imagen errónea" de que desde Madrid se suspende la autonomía catalana. Toda la estrategia está diseñada para proyectar la idea de que el Gobierno lo que hace es "devolver el autogobierno" a Cataluña. Vender lo contrario lo consideran un fracaso.
Unión del bloque constitucionalista
Si hay una premisa sobre la que se trabaja en el Gobierno es que cada paso al frente que dé el Ejecutivo será consensuado con el bloque constitucionalista. El presidente del Gobierno y su equipo está en "permanente contacto" con Pedro Sánchez, Albert Rivera y sus colaboradores más cercanos. De hecho, tanto el Gobierno como el PSOE y Ciudadanos han evitado adelantar cualquier estrategia que ya esté encima de la mesa para no dar ninguna pista a los independentistas.
Será en el Consejo de Ministros extraordinario que el propio presidente puede convocar para este mismo jueves donde se dé a conocer el plan que se ejecutará para frenar ya de una vez por todas el desafío secesionista. Son muchos los escenarios que el Gobierno tiene encima de la mesa y, hasta este mismo miércoles, Rajoy todavía cerraba con Rivera en su despacho los últimos flecos de su ofensiva. Pedro Sánchez desde Bruselas también estuvo en contacto con el presidente.
Elecciones, ¿cuándo?
Mientras el bloque constitucionalista trabaja unido para ganar esta partida al independentismo, en Moncloa miran de reojo las grietas que se abren en el frente independentista. Son momentos "muy complicados" donde los "apoyos son más necesarios que nunca", deslizan desde el Gobierno.
El objetivo último de Rajoy y sus aliados es tutelar Cataluña para convocar elecciones. Cuál sería la fecha idónea para celebrar esos comicios es todavía un misterio. Sin embargo, en el Gobierno tienen claro que no quieren prolongar durante un largo período de tiempo un Govern artificial y trabajan con la vista puesta en una cita electoral lo antes posible.