La aplicación del 155 de la Constitución ha dejado al PSC en una posición muy incómoda. Los socialistas catalanes no quieren que este viernes se apruebe en el Senado, pero creen que tampoco deben desmarcarse de él. Rechazarlo abriría una gran crisis con el PSOE y los posicionaría junto al independentismo frente a un mecanismo que, aunque duro, podría devolver a Cataluña a la legalidad constitucional.
En el PSC hay en estos momentos dos clases de dirigentes: los que en público cargan contra la medida y todos los demás, que creen que aunque se apruebe, va a ser casi imposible de aplicar y agravará aún más la crisis. "Sería como Piolín en Vietnam", explica un dirigente socialista en referencia al barco decorado con el dibujo animado y atracado en Barcelona, donde se hospedaron agentes de la Policía y la Guardia Civil. A la guerra de Vietnam los soldados de EEUU creían que acudían para ganarla sin duda, pero desembocó en una humillante y dolorosa derrota.
Por ese motivo, la postura oficial se centra en presionar a Carles Puigdemont para que abandone la unilateralidad y decida entre dos opciones: convocar él mismo elecciones autonómicas o aprovechar hasta el viernes para acudir al Senado e iniciar un diálogo dentro de la Constitución.
"Hasta el último minuto"
"Hasta el último minuto el PSC intentará que haya o bien una convocatoria elecciones por parte del presidente de la Generalitat o un pacto de Estado en el Senado que encuentre una salida al problema institucional entre Catalunya y el resto de España", dijo este domingo Àngel Ros, presidente del PSC y alcalde de Lleida, en declaraciones a la radio Rac1.
Ros aprovechó para considerar "muy duro" el 155 diseñado por el Gobierno, que contempla el cese del Govern en pleno, limita la acción del Parlament e interviene los centros de decisión autonómicos a todos los niveles. "Ningún catalán quiere ver intervenidas las instituciones del autogobierno", advirtió.
Desde que el sábado Mariano Rajoy anunció las medidas que pretende tomar comenzaron los whatsapps y mensajes entre socialistas catalanes muy descontentos por la profundidad de la intervención. Más aún cuando se contestó, más por el asentimiento del PSOE que por su apoyo explícito, que Pedro Sánchez estaba de acuerdo.
Un puñado de cargos protesta en público
La alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet, Núria Parlon, dimitió como miembro de la Ejecutiva del PSOE, aunque conservó su cargo en la del PSC. Otros tres alcaldes, de 122 que tienen los socialistas en Cataluña, firmaron con ella un documento de protesta. El domingo dimitió el secretario de Organización del PSC de Manresa, Xavier Vera.
En la sede del PSC no descartan que otros alcaldes hagan lo mismo, pero creen que el partido está haciendo lo correcto. Descartan la posibilidad de una escisión o una fuga de cargos electos y recuerdan que la verdadera ruptura se produjo hace años sin que consiguiera tumbar al PSC.
"No tenemos alternativas. El que sí las tiene es Puigdemont, que puede evitarlo todo con tan solo convocar unas elecciones y dar la voz a los ciudadanos. Si hay que votar, y parece obvio que hay que votar, cuanto antes y por nuestro propio pie", explican fuentes socialistas.
Elecciones "porque es lo correcto"
Votar incluso aunque el independentismo vuelva a ganar, como indica un sondeo publicado el domingo por la tarde por El Periódico, que señala un escenario similar, con ERC, PDeCAT y CUP, partidarios de la autodeterminación con mayoría absoluta, vencedores en escaños pero no en votos. ERC sería el primer partido y PdECAT el cuarto, pero su suma en escaños sería casi calcada a los 62 que ahora tiene Junts pel Sí, la coalición de ambas formaciones. El PSC subiría entre cuatro o cinco escaños, disputándose con Ciutadans el liderazgo de la oposición.
"No tenemos nada claro qué puede pasar en unas elecciones. No las queremos porque nos puedan salir bien a nosotros sino porque es lo correcto, aunque nos vaya mal. Además, ¿qué otra alternativa hay?", se pregunta la misma fuente. En ese sentido, las elecciones podrían actuar como un tope al desbordamiento institucional, ya que encauzarían dentro de la legalidad constitucional unos comicios que mantendrían alejada la ruptura al menos dos meses.
Fuentes del PSC aseguran que los comicios serían también una más que honrosa salida para el president Puigdemont, que podría estar deseando dejar el cargo, como en más de una ocasión ha advertido en público y en privado. Si las convoca él, las gane quien las gane, evitarían la drástica solución del 155 que, de todos modos, el PSC tiene "serias dudas" de que el Gobierno consiga aplicar en la práctica.
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