El que hasta esta noche era director general de los Mossos d’Esquadra, Pere Soler, ha remitido una carta a los agentes del cuerpo autonómico en la que asume su cese dictado por el Gobierno en aplicación del artículo 155 de la Constitución. En la misiva a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL deja clara su decisión de apartarse y se despide de sus agentes: “ha sido un gran honor compartir con todos vosotros este corto pero intenso periodo de tiempo”.
“Desde que aceptamos la responsabilidad, he intentado que este proceso que hoy vive Cataluña no afectase al normal funcionamiento de los Mossos d’Esquadra, pero desgraciadamente no ha sido así y lo lamento profundamente”, asegura en medio de las acusaciones de politización.
Su subordinado directo, el mayor de los Mossos, Josep Lluis Trapero, -quien también será cesado próximamente, se encuentra investigado y en libertad con medidas cautelares por un presunto delito de sedición. En referencia a esto, Soler opina en su carta que se está siendo “extraordinariamente injusto” con el Cuerpo y niega falta de previsión durante el referéndum o en el dispositivo del día 20 de septiembre en el asedio a la Guardia Civil ante la Consejería de Economía.
Los Mossos, "muchos más eficientes" el 1-O
Alega que en todo momento se advirtió al Gobierno de que no se iba a usar la fuerza durante la consulta ilegal y se sirve de este argumento para reivindicar además que la actuación de los Mossos fue “mucho más eficiente sin producir en ningún caso ninguna persona lesionada”.
Por último se despide animando a los agentes de los Mossos a hacer “un país más seguro, donde se respeten los derechos y libertades de todos los ciudadanos, piensen como piensen, y vengan de donde vengan”. “Estoy seguro de que lo seguirán haciendo, les dirija quien les dirija”, zanja.
Tres meses en el cargo con polémica
Soler fue nombrado el pasado julio para ese cargo por el Gobierno de Carles Puigdemont. Sustituyó a Albert Batlle, quien presentó su dimisión tras una remodelación en el Ejecutivo autonómico en la que se apostó por apartar a varios consejeros, incluido el de Interior, Jordi Jané, por sus dudas en torno a la celebración del referéndum del 1-O. Desde que Soler se hizo con el cargo, su figura ha estado sujeta a polémicas.
Nada más ser nombrado trascendieron una serie de comentarios pasados suyos en Twitter en los que se mostraba a favor de la consulta, que luego anuló el Tribunal Constitucional o aseguraba que le daban pena los españoles. Bajo su gestión los Mossos tuvieron que hacer frente a los atentados yihadistas de agosto.
Siempre alejado de los focos, en la investigación sobre el asedio a la Guardia Civil el 20 y 21 de septiembre, trascendió que había dado orden a los Mossos de proteger del Instituto Armado a los organizadores del referéndum. Había pocas dudas de que la aplicación del 155 le costaría el puesto al igual que a su superior, el Conseller de Interior, Joaquim Forn.