El proceso independentista podría llevarse por delante la estabilidad del Ayuntamiento de Barcelona, gobernado conjuntamente y en minoría por Barcelona en Comú, el partido de la alcaldesa, Ada Colau, y el PSC.
Este sábado, una reunión interna de dirigentes de la formación de Colau decidió con el 90% de los votos convocar una consulta para que los 10.000 activistas de la organización puedan decidir si expulsan o no a los cuatro concejales del PSC en el equipo de gobierno, según un comunicado.
La consulta es la culminación de una semana de malestar en sectores de los conocidos como "comunes" por el apoyo del PSOE a la activación del artículo 155 de la Constitución que ha conllevado el cese de todo el Govern de la Generalitat y la convocatoria de elecciones para el 21 de diciembre.
Tensiones que vienen de lejos
Las tensiones entre sectores de Catalunya en Comú con el PSC llevan meses de altibajos, pero hasta ahora no se había puesto en duda la continuidad del pacto. No tienen que ver con la gestión de los asuntos municipales, como reconocen fuentes de los dos partidos, sino con la coyuntura política.
Colau ha mantenido una posición muy cercana en las formas y en el mensaje al independentismo, criticando la "represión" y la "venganza" del Estado contra el Govern "legítimo" de la Generalitat.
Sin embargo, este sábado no ha aclarado su postura al respecto y no está claro que lo haga, algo que podría ser interpretado como su visto bueno a la ruptura que la dejaría al frente de un Gobierno muy débil, con 11 de 41 concejales.
La mayoría que ha decidido convocar la consulta, aún sin fecha, es muy amplia, por lo que es muy improbable que la alcaldesa se haya opuesto a la llamada a la militancia.
En una entrevista en La Sexta, el líder del PSC, Miquel Iceta, aseguró que "le gustaría conocer la opinión de la alcaldesa. Hace unos días no sabía si estábamos en una república o no. Me gustaría saber si quiere seguir gobernando con los socialistas", dijo.
Hace dos semanas, los portavoces del PDeCAT y de ERC en el Ayuntamiento, Xavier Trias y Alfred Bosch, respectivamente, ofrecieron públicamente a Colau apoyo para seguir como alcaldesa si rompía con el PSC.
De aceptar el pacto, Colau se aliaría directamente con los partidos independentistas, incluyendo el exalcalde conservador al que desalojó en 2015. El precio sería expulsar a Jaume Collboni, teniente de alcalde de Empresa y Cultura, y los otros tres concejales socialistas, mucho más cercanos ideológicamente y con los que la relación en el consistorio es buena.
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