A Pablo Iglesias se le acusa de "purgar" a los disidentes de Podemos. Son muchos los que rodeaban al líder y ya no están en primera línea. Desde la dirección lo niegan y aseguran que, como decía Pablo Echenique en una reciente entrevista con este diario, "lo que los opinadores llaman 'purga' en Podemos es que te cambien de una comisión a otra". Pero es innegable que algunos enfrentamientos internos han acabado con salidas más que sonadas, sobre todo merced a diferencias entre la dirección estatal y algunos líderes autonómicos.
El último ejemplo es el de Albano Dante Fachin. El hasta esta semana líder de Podemos en Cataluña se marchó rompiendo el carné morado y atacando a Iglesias. Porque una constante es que todos los que se marchan acaban por acusar -sea en privado o en público, directa o indirectamente- a Iglesias de haberles matado (políticamente hablando, claro).
En la famosa novela de Agatha Christie Diez negritos se reunía un grupo de personas desconocidas entre sí y una de ellas iba asesinando al resto. En Podemos son muchos más, pero ha habido algunos caídos. Los más reconocibles son algo así como los ocho negritos de Iglesias.
Roberto Uriarte
Hace exactamente dos años, Roberto Uriarte, por entonces secretario general de Podemos en el País Vasco, y otros 19 miembros de la dirección de la formación dimitieron en bloque. Y fueron arremetiendo contra la dirección nacional, en concreto contra la Secretaría de Organización, entonces dirigida por el errejonista Sergio Pascual, por las continuas injerencias en su territorio. Lo que dinamitó su continuidad en Podemos fue, en concreto, la elaboración de las listas electorales del 20-D.
Gemma Ubasart
La citada dimisión de Uriarte llegó en un momento especialmente tenso en la organización de Podemos. Porque apenas un mes antes, en octubre de 2015, había dimitido Gemma Ubasart, entonces secretaria general de Podemos en Cataluña. La razón de aquella dimisión fue que en Podem no estaban de acuerdo con el desembarco de líderes nacionales de la formación en la campaña electoral de las elecciones autonómicas de septiembre de aquel año.
El mal resultado en las urnas de la coalición Catalunya Sí Que es Pot también abonó el camino de salida. El problema generado se resolvió con unas primarias en las que meses después se impondría precisamente el ahora dimisionario Albano Dante Fachin.
Breogán Riobóo
Poco tiempo después se abría otro frente en el complejo Risk de Podemos. El en aquel momento secretario general de Podemos en Galicia, Breogán Riobóo, se enfrentó a Iglesias. El primero denunciaba las injerencias del segundo en sus decisiones en la política autonómica.
Una oleada de dimisiones en el Consejo Ciudadano gallego -avivada desde Madrid- provocó la salida de Riobóo y que una gestora se pusiera al frente de la formación. Poco después llegarían las primarias. Riobóo, cuyo entorno acusaba a la dirección estatal -sobre todo, a los errejonistas- de haber orquestado las dimisiones para acabar con él, estaba desautorizado ante las bases, pero no se dio por vencido y compitió.
Se enfrentó a la lista liderada por Ángela Rodríguez, que contaba con el apoyo de Errejón, y a la candidatura de Carmen Santos. Esta última venció. Pero Riobóo no se olvidó de lo sucedido y, tiempo después, se lo recordaba a Iglesias en Twitter:
Sergio Pascual
Paradojas de la política, el primer fulminado directamente por Iglesias fue el hombre señalado por haber movido hilos desde Madrid contra las direcciones autonómicas. El que fuera secretario de Organización era la mano derecha de Errejón, amén de su íntimo amigo. El secretario general de Podemos decidió acabar con Pascual a raíz de los movimientos errejonistas para hacerse, dimisiones mediante, con el control de Podemos Madrid.
Aquella decisión de Iglesias provocó su ruptura personal con Errejón. Un abismo entre ambos que parecía inconcebible hasta entonces. Nada volvió a ser lo mismo entre ellos. Ni tampoco entre las diversas corrientes de Podemos. Los problemas entre ambos sectores, el pablista y el errejonista, se fueron acrecentando. Y desembocaron en Vistalegre 2, donde pelearon a cara de perro por hacerse con el control del partido de los círculos.
José Manuel López
La fratricida Asamblea Ciudadana de Vistalegre 2, celebrada en febrero de 2017, tuvo un antecedente igualmente doloroso para ambas partes. Se trata de las primarias para dirigir Podemos Madrid. Se enfrentaron el pablista Ramón Espinar y la errejonista Rita Maestre.
El primero se impuso por un estrecho margen gracias, sobre todo, a su alianza con la corriente de Anticapitalistas, a su vez grandes enemigos de los errejonistas. La consecuencia más inmediata, en plena Navidad, fue la destitución del errejonista José Manuel López como portavoz en la Asamblea de Madrid. Un duro golpe para Errejón que avivó más, si es que era posible, la contienda que se avecinaba.
Iñigo Errejón
Eran casi como hermanos. Y, sin la conjunción de ambos, Podemos no hubiera sido posible. Pero, como ya se ha dicho, algo se rompió para siempre entre ambos con el terremoto de Sergio Pascual y las réplicas posteriores. Iglesias y Errejón pelearon, cada uno con sus pretorianos al lado, en Vistalegre 2.
El secretario general se impuso con claridad y, como se esperaba, relevó a Errejón como portavoz parlamentario en favor de Irene Montero. Eso sí, el líder de Podemos no acabó con su antiguo número dos, sino que pactó con él una recolocación en Madrid. Peor le fueron las cosas, eso sí, a algunos errejonistas que trabajaban en el partido morado y dejaron de hacerlo.
Dispar fue la suerte tras Vistalegre 2 para los barones autonómicos cercanos a Errejón. Antonio Montiel, que en plena refriega interna llegó a comparar a Iglesias con Franco y Sadam Hussein, prefirió no presentarse a la reelección como secretario general en Valencia para favorecer la unidad; Nagua Alba sorprendió este verano al renunciar a continuar al frente del partido en el País Vasco; Óscar Urralburu, sin embargo, sigue como líder de Podemos en Murcia. Así, en estos casos no parece que pueda hablarse de purga alguna.
Carolina Bescansa
Una de las pocas personas de Podemos que no se posicionó con los diferentes bandos en Vistalegre 2 fue la cofundadora Carolina Bescansa. Optó por una suerte de tercera vía y por marcar perfil propio. La jugada política no le salió del todo bien. Perdió poder interno, primero, y presencia en el Congreso, después. Iglesias y los suyos ya no consideran que sea alguien de la confianza de antaño. Hace unos días, Bescansa arremetía contra la posición de Podemos en Cataluña como vendetta después de haber sido sustituida por Montero en una comisión. En este último choque, la mayoría de la formación se volcó a favor de Iglesias y contra Bescansa.
Albano Dante Fachin
El último rival de Iglesias que ha salido de Podemos es Albano Dante Fachin. Su fuerte enfrentamiento con el secretario general venía de atrás. Y terminó de empeorar en plena crisis política de Cataluña. Ante el desafío del líder de Podem, la dirección nacional maniobró en su contra por una doble vía. Primero convocó una consulta a las bases sobre el 21-D. Y luego convocó una asamblea para renovar a la dirección. No había salida para el rebelde. La consecuencia fue la sonora dimisión de Albano Dante Fachin. El último negrito (por ahora) de Iglesias.
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