Barcelona

Toda la campaña de Junts per Catalunya se basa en la figura de Carles Puigdemont, "nuestro presidente", según el personalista lema de campaña. Desde este viernes, la campaña de ERC tiene como eje que Puigdemont nunca repetirá como president de la Generalitat. La guerra, tras muchas tensiones previas, ha estallado en el frente soberanista. 

En un mitin en Blanes (Girona), el exconseller Carles Mundó, uno de los que ingresó en prisión preventiva y finalmente ha salido, ha advertido a Junts per Catalunya de que la idea de que "Puigdemont pueda volver a Cataluña para ejercer su cargo es poco más que un deseo". Según él, "si pone los pies en Cataluña, será detenido y puesto en la cárcel y no saldrá durante mucho tiempo porque no será capaz de convencer al juez de que no hay riesgo de fuga". "Tenemos que ser inteligentes", ha pedido. 

La declaración no viene de Marta Rovira, número dos de ERC, que participó en el mitin, sino de un exrecluso, lo que ante el independentismo otorga un plus de legitimidad. Mundó estuvo un mes en la cárcel mientras Puigdemont daba entrevistas desde Bruselas. 

Junts per Catalunya rechaza presidente de ERC

La frase es poco menos que una declaración de hostilidades a Junts per Catalunya, que responde al órdago de la formación de Puigdemont. Como ha informado EL ESPAÑOL durante esta semana, la candidatura del expresident considera una deslealtad que Oriol Junqueras, ahora en la cárcel, o cualquier dirigente de ERC aspire a la presidencia de la Generalitat, si la aritmética da la mayoría absoluta a la suma de partidos independentistas. 

"Estas elecciones son para restaurar la democracia, no para escoger un nuevo presidente. El Parlament escogió a Carles Puigdemont como presidente de Cataluña. Impulsar cualquier otro candidato es legitimar el artículo 155 y el ataque a la democracia", dice el programa electoral de Junts per Catalunya en una de sus primeras páginas. 

Pero ERC no está de acuerdo. Si hasta ahora no había entrado al cuerpo a cuerpo es, posiblemente, porque creía que su mayoría era incontestable. Pero los sondeos, entre ellos los de SocioMétrica para EL ESPAÑOL, apuntan un repunte claro de las posibilidades de Puigdemont, a quien está funcionando su candidatura presidencialista y personalista. 

La batalla interna por el reparto del poder no ha esperado al 22 de diciembre, pese a que incluso entonces sólo podría darse si las urnas dan una mayoría absoluta al independentismo que no está nada clara. Ese reparto se ha convertido en un argumento de campaña. Si Junts per Catalunya lo fía todo a Puigdemont, ERC ha decidido tratar de desinflar a su rival yendo precisamente a por su mayor exponente. 

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