A Pablo Iglesias y el resto de dirigentes de Podemos no les gustó nada el mensaje del Rey tras el 1-O. Desde aquel día, el secretario general del partido morado ha acentuado sus críticas a Felipe VI. Lejos de remitir, estos ataques a la Corona se van a incrementar en las próximas semanas porque Iglesias y sus colaboradores más cercanos creen que los resultados del 21-D evidencian que el Rey estaba más que equivocado en su célebre discurso.
Desde hace semanas Iglesias y el resto de portavoces morados atacan a lo que llaman el "bloque monárquico", donde engloban a PP, PSOE y Ciudadanos. A su juicio, Felipe VI lidera este bloque que comparte posición sobre cómo afrontar la crisis abierta en Cataluña. Durante la campaña, el líder de Podemos ya elevó el tono contra la Monarquía.
Un discurso erróneo... y a la espera de otro
Las fuentes de Podemos consultadas por EL ESPAÑOL garantizan que estas arremetidas van a aumentar -y el mensaje navideño de Felipe VI les dará la primera oportunidad- en el futuro. Los dirigentes de la formación de los círculos concluyen que el resultado del 21-D demuestra cuán erróneo fue el discurso del Rey sobre Cataluña. No por casualidad, en su reacción ante lo sucedido en las urnas, Iglesias se volvía a referir a "los monárquicos" con tono peyorativo.
Esta actitud hacia Felipe VI entronca con la principal conclusión que sacan en Podemos de las elecciones catalanas. Pese al batacazo en las urnas de su alianza con los comunes, afirman estar "orgullosos" de haber intentado introducir la agenda social en la campaña y de haber defendido -como llevan defendiendo dos años- la necesidad de que se celebre un referéndum pactado y vinculante en Cataluña como solución a la crisis territorial.
La polarización no va cambiar sus planes
En Podemos consideran que la polarización de la campaña electoral catalana entre independentistas y no independentistas ha vuelto a arrinconarles, como ocurrió en las autonómicas de 2015. Pero igualmente siguen pensando que su propuesta de referéndum pactado es la mejor solución para Cataluña. Y, en consecuencia, seguirán defendiendo esta opción en el futuro. Una defensa que, por pura lógica, lleva aparejada una postura cada vez más crítica hacia la Corona, teniendo en cuenta que Felipe VI movió ficha contra el referéndum del 1 de octubre. Así pues, las apelaciones republicanas de la campaña han sido solo el principio.