El Centro Memorial Memorial de las Víctimas del Terrorismo que se ultima en Vitoria expondrá el monopatín de Ignacio Echeverría, el español que falleció en el atentado del 3 de junio en Londres en su intento de ayudar primero a una mujer y luego a un policía que estaban siendo atacados por los terroristas.
"Hemos recuperado la tabla de Ignacio, la que llevaba el día que murió, y se va a exponer en el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, en Vitoria", explican los padres de Ignacio Echeverría en una entrevista, en el número de diciembre de la revista de la Fundación de Víctimas del Terrorismo.
Joaquín Echeverría y Ana Miralles de Imperial, los padres de Ignacio, explican que han decidido ceder el monopatín con el que su hijo trató de disuadir a los terroristas: "Esas cosas están bien y hay que hacerlas. Ignacio ha tenido una conducta buena y, en mi opinión, es positivo transmitir ese ejemplo a los niños y a la gente joven, explicándoles que vale la pena ser bueno aunque mueras por ello".
Los padres de Echeverría recuerdan en la entrevista que aquel 3 de junio Ignacio y dos de sus amigos volvían en bicicleta cuando vieron a una mujer herida en el suelo y pararon para auxiliarla. "A pocos metros", explican, "vieron una especie de pelea y a un policía que caía al suelo. Ignacio fue corriendo hacia allí y se puso a golpear a los terroristas con su monopatín, pero ellos lo rodearon y lo apuñalaron por la espalda".
"Fueron dos puñaladas: una de poca importancia y otra mortal, pero las dos por la espalda. Cuando Ignacio cayó al suelo, los terroristas se dirigieron hacia Guille y Javi, y ellos les tiraron las bicicletas encima y escaparon. Por lo tanto, Ignacio intentó ayudar primero a la mujer (que finalmente falleció) y luego al policía (que sobrevivió). Días después, ese policía publicó una carta de agradecimiento en un periódico gratuito de Londres".
El dolor por la ausencia de su hijo se mezcla con su recuerdo. "En su carácter estaba querer ser bueno, era una persona religiosa, practicante. También era inocente y se ilusionaba mucho", señalan sus padres, que añaden que su pasión por el monopatín le llevaba a conocer a chavales de 16 años cuando él tenía 30.
"Estaba muy bien en Londres, muy contento. Tenía un jefe encantador, tenía a su familia, tenía amigos", añade Ana. El padre de Ignacio explica que el día anterior a su muerte se vio con un antiguo amigo compañero del instituto. "Nos dijo lo contento que lo veía y que Ignacio le decía: 'Veo el futuro con mucha alegría".
Los padres de Ignacio Echeverría consideran que el legado de su hijo y de otras víctimas del terrorismo es que no se puede vivir con miedo. "No nos podemos asustar. Tenemos que seguir haciendo vida normal, no hay nada que temer. Ese era el espíritu de Ignacio. No nos pueden acogotar, tenemos que seguir".
Las obras del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, antigua sede del Banco de España, estarán acabadas previsiblemente a finales de este año, por lo que el Ministerio del Interior espera que pueda abrirse al público tras el verano de 2018.
La sede, que contará con un total de 700 metros cuadrados para exposiciones, reproducirá a escala real el 'zulo' en el que ETA secuestró durante 532 días al funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara. También se ubicará en el inmueble un centro documental con archivo, biblioteca, hemeroteca y sala de consulta para investigadores. El resto de dependencias se utilizarán para oficinas y salas de conferencias.
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