Empezó malherida y parece que ya ha pasado a mejor vida. La comisión parlamentaria sobre la reforma constitucional que impulsó el PSOE no funciona. O, al menos, por ahora no va por los derroteros que desean Pedro Sánchez y los suyos.
La incertidumbre sobre lo que ocurre en Cataluña, por un lado, y el veto de Podemos y las formaciones nacionalistas, por otro, han provocado que esta comisión del Congreso esté pasando casi inadvertida para la opinión pública.
El PSOE, impulsor de estos trabajos parlamentarios, se afana por conseguir que no mueran. Pero, hasta ahora, no está consiguiendo que lo que allí se discute marque la agenda pública, ni mucho menos.
Poco eco mediático...
El mejor ejemplo de lo poco que está calando esta comisión se ha vivido estos días. El pasado miércoles comparecían en el Parlamento del presidente del Consejo de Estado, José Manuel Romay Beccaría, el presidente del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Benigno Pendás, o el presidente del CIS, Cristóbal Torres.
Fueron seis horas de comparecencias. Y la realidad es que las palabras que allí se escucharon pasaron desapercibidas para el grueso de los medios de comunicación. Es complicado encontrar referencias a las prolijas intervenciones de los comparecientes. El eco mediático fue escaso.
...y contrarios a la reforma del PSOE
No ocurrió lo mismo la semana anterior, cuando acudieron a la comisión los tres padres vivos de la Constitución, quienes, por cierto, mostraron su oposición a una hipotética reforma de la carta magna. Y es que éste es el principal problema para el PSOE. Porque, más allá de que la comisión marque agenda, los comparecientes están coincidiendo en oponerse a la reforma federal que propone el PSOE.
Miquel Roca, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón y José Pedro Pérez-Llorca ya mostraron sus fuertes reticencias a la reforma. Y los comparecientes de esta semana se movieron en una línea argumental parecida. Así, Romay Beccaría planteó la necesidad de dar más atribuciones al Estado, Pendás afirmó que para una reforma haría falta un consenso que ahora no existe y Torres expuso que los españoles siguen apostando por el modelo actual.
El PSOE va a insistir en que los trabajos parlamentarios perduren y maduren. Sin el concurso de Podemos y los nacionalistas, con el escaso entusiasmo del PP y mientras el problema catalán siga paralizando casi cualquier otro asunto, los socialistas lo tienen complicado. Y más aún si, como hasta ahora, los expertos se posicionan contra la reforma federal.
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