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Una marinero de la Armada ha sido condenada a cinco meses de prisión por agreder a una compañera a bordo de la fragata Victoria, cuando la embarcación se encontraba en aguas del Índico en una misión de lucha contra la piratería. "Se me ha ido la cabeza, me quiero ir a España", argumentó la soldado tras la detención.
Los hechos sucedieron a bordo de la fragata española F-82 Victoria, en el marco de la Operación Atalanta. Eran las dos de la madrugada del 18 de noviembre de 2015. De acuerdo a la sentencia de la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo, la marinero se encontró con una cabo en el sollado femenino, donde las dos se saludaron. La primera le dijo a la segunda que la estaba esperando para hablar con ella.
Ambas se dirigieron por el pasillo hacia el salón. Al llegar a este espacio, la marinero se giró y agarró de los pelos y de la camiseta a la cabo. Se desató un forcejeo y las dos cayeron al suelo. "¡Cabo, cabo!", gritaba la agredida mientras agarraba por los hombros a la marinero, tratando de llamar la atención de sus compañeros.
Otra marinero que se encontraba en el aseo se lanzó precipitadamente hacia la sala de estar, alertada por los gritos. Al encontrarse a sus dos compañeras forcejeando, se afanó en separarlas. Una cuarta compañera salió corriendo en busca de ayuda.
Una superior se presentó en el lugar de los hechos. Las dos implicadas en el suceso le explicaron, cada una, su versión de los hechos. Entonces tuvo lugar otra agresión de la marinero sobre la cabo, que volvió a agarrarla del pelo. Finalmente, un marinero que se encontraba de guardia acudió al sollado femenino para separar a sus dos compañeras. "Se me ha ido la cabeza, me quiero ir a España", lamentó la agresora.
"Camiseta desgarrada y pelo revuelto"
Minutos más tardes, la marinero (agresora) y la cabo (agredida) explicaron por separado al comandante de la guardia lo que había sucedido. La primera, "a quien halló muy alterada [...], manifestó que tenía un gran estado de ansiedad y que se quería volver a España y que necesitada agredir a la cabo o tirarse por la borda". La segunda, que "tenía la camiseta de ribete desgarrada y el pelo revuelto", le contó cómo había sido agredida.
Aquella noche, la marinero se retiró a dormir bajo orden del comandante de la guardia, siempre bajo vigilancia de sus compañeros "para evitar malos mayores". Un mes más tarde, el 17 de diciembre de 2015, fue repatriada a España por vía aérea desde Djibouti.
La sentencia del TS
La denuncia de los hechos siguió un recorrido judicial que alcanzó la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo en octubre de 2017. En la sentencia, pública el 24 de enero de 2018, se desestima el recurso de casación que había presentado el abogado de la marinero, en el que argumentaba que los episodios vividos a bordo de la fragata eran una pelea y no una agresión.
Por estos hechos, la marinero ha sido condenada a cinco meses de prisión, con las correspondientes suspensiones de empleo o cargo público durante el tiempo en el que se prolonga la condena.
*Vídeo resumen del despliegue de la 'Victoria' en la Operación Atalanta.