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Inma habla sin revanchismo. "El odio pudre el alma", apunta al otro lado del teléfono. Se reconoce "triste, pero tranquila", porque este martes su hijo declara en la Audiencia Nacional. Su hijo es el teniente Óscar, agredido junto a su compañero Álvaro y las parejas de ambos, María José y Pilar, en el bar Koxka de Alsasua. El suceso tuvo lugar el 15 de octubre de 2016. Ahora, Inma pide "justicia" y aborda una reflexión sobre los enjuiciados como agresores: "Si fueron tan valientes como para hacer algo así, que también lo sean para asumir las consecuencias".
-¿Cómo vivió la llamada en la que le dijeron lo que había ocurrido?
-Horrible. Fue casi de madrugada. Nadie se merece una llamada así.
Inmaculada publicaba este lunes una carta en La Razón en la que resumía el sentir de la familia en vísperas de la declaración de su hijo: "Me da mucha pena esa gente que vive llena de odio y frustración. Debe ser muy triste no poder disfrutar de la vida". En conversación con EL ESPAÑOL admite lo "difícil" que fue su vida tras aquel suceso.
Aquella agresión terminó con el tobillo roto de su hijo, una operación y varias semanas de rehabilitación: "Sus padres vivimos en Valencia y se vino con nosotros, porque durante dos meses no podía ni apoyar el pie. Estaba inmovilizado y teníamos que cuidarle para todo". En resumen, "una vida muy difícil".
"Después, empezó a andar poco a poco, a salir... sus amigos y compañeros no le han dejado solo", cuenta Inma sobre su hijo. Esa evolución también incidió en su estado de ánimo: "Habrá tenido sus momentos, pero es fuerte. Si me veía mal, me decía: 'Vamos a superarlo ya'".
"Mejor ir a Madrid"
Estos días se celebra el juicio por la agresión en el bar Koxka de Alsasua, un suceso marcado por la confrontación de las dos versiones: la de la Fiscalía, que ve delitos relacionados con el terrorismo entre los ocho juzgados; y la de los supuestos agresores, que entienden que "sólo se trataba de una pelea de bar".
Un informe de la Guardia Civil presentado por la Fiscalía presenta las relaciones de los ocho encausados con la organización Ospa! [¡Largo!, en euskera], relacionada con la campaña Alde hemendik [Fuera de aquí] contra la presencia del Instituto Armado en el País Vasco y Navarra.
Inmaculada no entra en valorar las terminologías jurídicas. Sólo quiere "resolver esta situación lo antes posible": "Por es mejor que vengamos a Madrid y que esta fecha pase de una vez".
-Este lunes ha mencionado en varias ocasiones una palabra: "odio"...
-Sí. Porque no hablo desde el odio. Eso pudre el alma, se pudre el corazón, y termina convirtiendo a uno en lo que no es.
Junto a ese término, la madre del teniente recurre con frecuencia a otro: "Justicia". Pero lo hace con tono sosegado, sin levantar la voz.
Manifestaciones en Pamplona
La declaración de los dos guardias civiles y sus parejas coincidirá este martes con la celebración de una concentración convocada en la plaza de las Merindades de Pamplona por varios colectivos de víctimas del terrorismo y otras entidades culturales: "Estamos con vosotros. María José, Pilar, Óscar y Alvaro", reza el eslogan del acto.
Entre los convocantes de la concentración figura el Colectivo de Víctimas del Terrorismo del País Vasco (Covite), asociación personada en la acusación contra los ocho enjuiciados por los sucesos de Alsasua.
El acto se celebrará en la misma ciudad en la que este sábado se manifestaron más de 30.000 personas a favor de los acusados y de sus familias. Su principal protesta: que no se les acuse de delitos relacionados con el terrorismo. Se enfrentan a penas de hasta 60 años de prisión.
Ante esta presión, Inmaculada tiene un pensamiento recurrente: "Ojalá que los jueces tengan paz y serenidad para dictar una sentencia justa".