"Los delincuentes actúan en un absoluto estado de impunidad. Si no se pone freno a esto, la situación se va a volver más crítica de lo que ya es. Los guardias civiles tenemos a la orden del día que algún día nos pueden matar: quién se lo iba a decir a los dos de Teruel [en referencia a los dos agentes asesinados por Igor el Ruso el pasado 15 de diciembre]. Pero en Algeciras, sin recursos suficientes, la situación se va de las manos. Nos tememos lo peor, algún mal golpe o directamente que nos disparen a matar, como ocurría en el País Vasco".
José Cobo, secretario general de la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC), se desahoga tras el incidente registrado en Algeciras este domingo, cuando nueve de sus compañeros tuvieron que abrirse paso disparando al aire entre una turba de 40 personas armados con palos, botellas rotas y bates de béisbol: "Son muchos los antecedentes violentos registrados en el sur y no podemos hablar de hechos aislados, como en su día dijo el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido". Fuentes de Interior apuntan a que hasta el momento se han detenido a seis personas por el suceso.
En conversación con EL ESPAÑOL, José Cobo habla de una tierra de narcos; de guardias civiles desbordados ante la actuación criminal. Los traficantes, sabedores de los "escasos recursos" de los que disponen el Intituto Armado y la Policía, campan con preocupante libertad de movimientos.
*Vídeo difundido por la Guardia Civil el pasado mes de abril de unos traficantes descargando fardos en La Línea de la Concepción; fueron detenidos.
El representante de AEGC recuerda el incidente vivido en un hospital de La Línea de la Concepción, cuando una veintena de encapuchados liberó a Samuel Crespo, histórico narco que se encontraba bajo vigilancia policial. José Cobo también recuerda embestidas de los coches policiales, agresiones a pedradas, persecuciones y acosos.
Lo que ocurrió el domingo, no obstante, "es una muestra del poder que tienen los delincuentes": "Los nueve agentes agredidos eran miembros de los GAR -Grupos de Acción Rápida, tradicionalmente ligados a la lucha contra el terrorismo- desplazados de forma temporal en Algeciras. Habían llegado hace poco y los agresores les reconocieron. Hasta este punto están controlados".
-¿Cómo podría ponerse remedio a esa situación?
-Enviando más efectivos a la Comandancia de Algeciras y, posiblemente, reformando el Código Penal para que esas agresiones conduzcan a penas más duras. Lo primero empieza a ser difícil, porque hay gente que prefiere irse al norte, a zonas que siempre han sido de mayor conflicto, como el País Vasco o Cataluña.
"300 efectivos más"
José Encinas, secretario provincial de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) en Cádiz, pone cifra al refuerzo que, en su opinión, deberían recibir sus compañeros de la Comandancia de Algeciras: "300 efectivos más". "El último catálogo al que tenemos acceso, de hace más de 20 años, dice que hay unos 1.100 guardias civiles en este puesto, aunque seguramente esté cubierto en un 75-80%".
"¿Qué más tiene que ocurrir para que se emprenda un Pacto de Estado contra el narcotráfico?", se pregunta la AUGC en un comunicado remitido tras el suceso de Algeciras. "¿Deberán producirse más víctimas mortales entre los agentes, que se sumen al compañero de la Policía local de La Línea fallecido en una persecución a narcotraficantes en junio de 2017, para que desde Interior se asuma la gravedad de este problema?".
La Asociación Pro Guardia Civil (APROGC) insiste: "Casi cada día, hay hechos en los que los delincuentes ponen en peligro la vida de los guardias civiles". Denuncian también la creciente "agresividad" de los narcotraficantes: "En esta zona de España se actúa cada vez con más violencia y peligro, con total impunidad y desparpajo se desembarcan fardos de drogas a cualquier hora del día".
Este diario ya contó cómo el Cádiz de la droga se ha convertido en puerto de entrada del hachís en Europa, lo que se traduce en un 'infierno' para los agentes destinados en la lucha contra el narcotráfico. Las acciones policiales son una constante, pero los delincuentes explotan el caos en su beneficio propio.
José Cobo, de la AEGC, clama contra el "olvido" de las instituciones: "Tenemos grandes carencias y no nos escuchan, algún día lamentaremos algo mucho peor".