Podemos sigue en shock. La convocatoria de una consulta sobre el futuro político de Pablo Iglesias e Irene Montero, ligado al ya famoso chalé de 600.000 euros en la sierra madrileña, no ha ahuyentado los fantasmas de la pelea interna. Porque si bien es cierto que los pablistas ven con buenos ojos el plebiscito, no ocurre lo mismo entre buena parte de los errejonistas y, sobre todo, los anticapitalistas. "Es un desvarío muy destructivo", afirmaba un diputado anticapi de la Asamblea de Madrid.
En las dos últimas corrientes citadas, errejonistas y anticapis, cunde la sensación de que la convocatoria de esta consulta a las bases, cuyos detalles se conocerán este lunes, supone un error porque entremezcla los intereses de Podemos con los intereses personales de sus dos principales referentes.
El órdago a los inscritos es evidente, porque de ellos depende ahora el futuro de sus líderes, pero no pueden opinar sobre la polémica compra del chalé, sino sobre sus consecuencias. Todo o nada. Además, no son pocos los que consideran que al convocar la consulta Iglesias y Montero han dado la razón de alguna manera a las críticas provenientes de fuera del partido.
La mayoría respalda la decisión
Otro punto de fricción surge por la forma en que los líderes de Podemos anunciaban este sábado la consulta. Se trata de una decisión sin precedentes en la corta historia del partido morado. Y a algunos les hubiera gustado poder debatir al respecto antes del anuncio.
No puede obviarse, eso sí, que la mayoría en Podemos es eminentemente pablista. Y en este sector mayoritario no solo se apoya la consulta como un ejemplo de "honestidad" y "valentía" de Iglesias y Montero por "poner sus cargos a disposición de los inscritos", sino que ya se hace campaña activa para votar a favor de la continuidad del secretario general y la portavoz parlamentaria. No parece que ambos puedan perder esta votación.
Este domingo, por ejemplo, el secretario general de Podemos en Euskadi, Lander Martínez, anunciaba que votará por la continuidad de Montero e Iglesias en sus cargos y se mostraba convencido de que así lo hará también la militancia de esta formación. En esa línea, el sábado por la noche muchos publicaron mensajes de apoyo a los líderes en las redes sociales.
Pocas críticas, pero duras
Durante las primeras 24 horas tras el anuncio del plebiscito, lo cierto es que en Podemos ha habido pocas críticas en público, pero, eso sí, las voces que han hablado lo han hecho con contundencia. Duras palabras como las del diputado en la Asamblea de Madrid Isidro López, del sector anticapi, llegó a afirmar, nada más conocerse la convocatoria a las bases, que "lo que acaban de hacer Iglesias y Montero es dinamitar Podemos como organización; reducirla a un aparato de legitimación de los caprichos sus lideres. Ya lo era. Pero ahora a la vista de todos".
Ya este domingo, este diputado autonómico matizaba en alguna medida sus palabras. Pero remarcaba que la consulta a las bases es "un desvarío muy destructivo" para el partido de los círculos.
Silencios que hablan
Aunque puede que el panorama cambie en la semana entrante, este domingo llamaban la atención algunos silencios clamorosos de dirigentes de Podemos. Como desde el inicio de esta crisis, pocos rostros conocidos han defendido con ahínco al secretario general y la portavoz por la compra de su chalé. Quien más énfasis ha puesto en la defensa es, de lejos, el secretario de Organización, Pablo Echenique. No puede decirse lo mismo de otros correligionarios muy mediáticos.
Más allá de que haya más o menos críticas en público, es más que evidente que este caso del chalé de Iglesias y Montero ha pillado con el pie cambiado a gran parte de Podemos y a parte de sus socios preferentes. Muchos desconocían la compra en sí misma -algo lógico en cierta medida- y se vieron sorprendidos por lo ocurrido. Pero también les sorprendió la primera reacción de sus rostros más emblemáticos. Y a no pocos también les ha asombrado, por los motivos mencionados, la consulta a las bases.
Solo por la citada desconexión se explica, por ejemplo, que la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, quien mantiene una buena relación con los líderes del partido morado, se desmarcase de forma tan cristalina el sábado en La Sexta: "Yo no me hubiera comprado una casa así". A lo que añadió que la convocatoria de una consulta a las bases era "algo excesivo y desmesurado quizá", pero matizó que "ya querríamos que todos los políticos actuasen igual".
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