El Tribunal Supremo ha confirmado la condena de 14 años de prisión para D.R.P, acusado de violar a una mujer a punta de cuchillo bajo la amenaza de matar a su hijo si se resistía. Según refleja la sentencia, emitida por la Audiencia Provincial de Madrid el 20 de octubre de 2017 y ratificada ahora, tras consumar su agresión el violador intentó borrar los mensajes del teléfono móvil de la víctima para que no quedara rastro de su visita a la casa y la obligó a lavarse para no dejar pruebas.
Según confirma el Supremo, los hechos sucedieron el 22 de febrero de 2015, cuando el ahora condenado acudió a la vivienda de la víctima para recoger una carta y le pidió que "le diera de comer" ante la mala situación económica que estaba atravesando. Después de eso, y según recoge la sentencia, el violador se abalanzó sobre ella con un cuchillo que había tomado de la propia casa y obligó a la mujer a ir a la habitación.
En ese momento, la víctima logró arrebatarle el arma, sin embargo D.R.P. consiguió recuperarla de nuevo. En el forcejeo, el violador se llevó un arañazo en la cara, que luego fue clave para que la acusación particular, encargada a los letrados Silvia Domínguez y Carlos Delgado, del despacho Aestimatio Abogados, consiguiera una condena en primera instancia. En el juicio, el acusado aseguró que la herida en el rostro se la había inflingido con la cremallera de una chaqueta, algo que los peritos descartaron. Además, la Policía científica encontró restos de ADN del violador bajo las uñas de la víctima.
Según considera probado la sentencia, al llegar a la habitación, el agresor le dijo a punta de cuchillo: "O el niño o tú", ya que sabía que el niño, de corta edad, dormía en la habitación contigua. En ese momento la agredida intentó razonar con su agresor, que lejos de parar, consumó la violación y la obligó después a lavarse en el cuarto de baño y borró los mensajes del teléfono móvil de la víctima, donde se concertaba la visita del agresor a la vivienda. Tras ser atendida por los servicios médicos, la víctima sufrió un "fuerte estrés postraumático" y necesitó cuidados sanitarios durante seis días.
Una versión increíble
Durante el juicio, el violador intentó convencer a la sala de que en realidad, la víctima y él eran pareja. Algo que intentó acreditar únicamente con el testimonio de un amigo suyo que aseguró haberles visto alguna vez de la mano mientras él subarrendaba una habitación en la vivienda donde ella vivía. El testigo fue desechado directamente ya que por las fechas que aportó, violador y víctima habrían sido vistos de la mano o abrazados después de la agresión y cuando el caso estaba ya bajo investigación, circunstancia que el tribunal califica de increíble.
Sobre la agresión, negó haber empleado un cuchillo y aseguró que la relación fue consentida. Algo que no convenció tampoco a los jueces, que consideraron acreditado el testimonio de la víctima. Para sustentarlo, los peritos psicológicos confirmaron tanto la credibilidad de la afectada a la hora de describir su relato como las consecuencias psicológiocas de la agresión.