Anticipación es seguridad. El Ejército de Tierra apuesta por adelantarse al futuro y tiene sobre el horizonte el año 2035. Sobre esa fecha ha dibujado la estrategia de sus brigadas, unidades que contarán con tecnología punta para minimizar riesgos ante situaciones de conflicto. Uno de esos avances pasa por el desarrollo de un arma de "energía electromagnética", tal y como advierte el cuerpo castrense en su dossier. Pero, ¿en qué consiste ese arma? ¿Qué aplicaciones tiene y cómo se puede aplicar?
Basta con mirar en escenarios recientes como Ucrania o Siria, donde la guerra electrónica ha desempeñado un papel fundamental. Los desarrollos en los sistemas tecnológicos ofrecen ventaja sobre el enemigo. Y anular las capacidades del enemigo, todavía más.
"En el futuro es previsible que también existan armas de energía láser o de energía electromagnética, capaces de destruir los sistemas electrónicos de un objetivo", advierten fuentes de la División de Planes del Estado Mayor del Ejército de Tierra en conversación con EL ESPAÑOL. Se trata no sólo de perturbar las comunicaciones y los radares, también las señales de GPS y cualquier otro sistema que utilice ondas electromagnéticas para transmitir o recibir información.
Estas mismas fuentes consideran que cada vez habrá más medios conectados a las redes de comunicaciones, cada vez con más sensores. El control del espectro magnético y denegar su uso al adversario será crucial: "El que consiga imponerse será capaz de emplear su tecnología y de anular en gran medida la de su oponente".
La aplicación de las ondas
Pero, ¿cómo se puede desarrollar un sistema capaz de inutilizar el de un enemigo cada vez más modernizado? A través de armas de pulso electromagnético (EPM), sistemas láser, perturbadores de señales y de frecuencias. Las capacidades de perturbación vienen desde lejos, pero hay que desarrollar nuevos sistemas a medida que avanza la tecnología.
Por eso existen proyectos de investigación y desarrollo que se actualizan periódicamente. "En la actualidad se están identificando las características que deberán tener las unidades y los medios necesarios, y transmitiendo estas necesidades a la industria y ámbitos universitarios -señalan estas fuentes-. Es un proceso de puesta en común, ya que por un lado nosotros les podemos dar las ideas que necesitaremos y ellos nos deberán decir qué se puede realizar".
El vehículo 8x8
El proyecto de futuro del Ejército de Tierra se sustenta, como se ha citado anteriormente, en el año 2035. Esa fecha será la barrera sobre la que se mida una serie de proyectos de modernización que se vienen aplicando en los últimos años.
La más importante pasa por la puesta en marcha del nuevo concepto de brigadas, de entre 2.500 y 2.800 efectivos cada una de ellas. Actuarán de forma autónoma en cuanto a capacidades y a nivel operativo. En resumen, cada una de ellas será como un pequeño Ejército, que actuará en coordinación con otras brigadas para la consecución de los objetivos establecidos.
Los recursos personales serán el corazón que hagan latir estas brigadas, si bien se apoyarán en la incorporación de un nuevo vehículo conocido con el nombre de 8x8 al disponer de ocho ruedas cada uno de ellos. De gran capacidad de adaptación y movilidad, cada uno de los 8x8 adquirirá varias capacidades que les diferenciará de los demás, si bien todos ellos coincidirán en que servirán como elemento canalizador de las comunicaciones de las brigadas.
Robótica, inteligencia artificial y nubes de drones serán algunos de los elementos que marcarán esa guerra del futuro, como ya adelantó EL ESPAÑOL. A esa batería de novedades habrá que sumar también las nuevas armas de "energía electromagnético" en las que trabaja el Ejército español.