El presidente Pedro Sánchez ha prometido su cargo este sábado sin presencia de símbolos religiosos, algo inédito en estas ceremonias protocolarias. Sánchez ha elegido la fórmula de la promesa y no el juramento, una opción que la ley le permite, con puntualidad pasados unos minutos de las 11 de la mañana en el palacio de la Zarzuela. 

La presencia de símbolos religiosos ha sido una estampa habitual en estas ceremonias durante toda la democracia. Los presidentes solían jurar o prometer con una mano sobre un ejemplar de la Constitución Española, la ley de leyes en la democracia española, y otra sobre una biblia. En estas ceremonias suele haber también un crucifijo. Desde 2014, poco después de que Felipe VI llegase al trono, la Casa Real permite prescindir de esos símbolos, según informa EFE.

No hay normativa que regule con claridad la presencia de símbolos religiosos en un Estado que constitucionalmente es aconfesional, pero el PSOE en varias ocasiones ha propuesto eliminarlos de las ceremonias oficiales para distinguir muy bien el ámbito civil y oficial del religioso, de carácter privado. El artículo 16.3 de la Constitución indica que "ninguna confesión tendrá carácter estatal". 

Pedro Sánchez promete su cargo como presidente del Gobierno

Así juró Mariano Rajoy, con biblia y crucifijo, en 2016, la segunda vez que accedió al cargo. 

 

Ha sido el propio Sánchez y su equipo el que ha decidido que, en esta ocasión, no hubiera símbolos religiosos. El último presidente socialista, no juró sino que prometió, como Sánchez, pero en la ceremonia de José Luis Rodríguez Zapatero sí hubo biblia y crucifijo. 

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