El constructor Ramiro Cid mintió a su banco en Mónaco para que le permitiera mover más de tres millones de dólares que tenía guardados en el principado, aun cuando estaba ya imputado por la Audiencia Nacional por presuntos delitos de corrupción. El presunto engaño aparece reflejado en las actas que el UBP de Mónaco, remitidas el pasado mes de marzo a la Audiencia Nacional y se centró en mantener que pese a las informaciones de la prensa, Cid no estaba siendo investigado por la Justicia, necesitaba 50.000 euros en efectivo para pasar sus vacaciones y pensaba enviar el resto del dinero a Isla Mauricio por cuestiones fiscales.
Así lo refleja al menos el acta que la gestora de fondos Cristina Bernardini envió a la entidad bancaria el 26 de noviembre de 2014, un mes después de que estallara la Operación Púnica. Ese día, la financiera se reunió con Cid en un hotel de Madrid y confirmó la orden de que el banco tuviera preparados en efectivo 50.0000 euros para él. "el cliente desea tener efectivo para gastar su dinero durante sus vacaciones en Mónaco y para sus necesidades personales antes de transferirlo sus activos en otro lugar financiero menos accesibles", explica la empleada bancaria, confirmando que Cid pensaba mover su dinero a un lugar donde no pudiera localizarlo la Justicia.
"Los activos disponibles en la cuenta mencionada anteriormente ascienden a aproximadamente tres millones de euros y se transferirán a un país (excluyendo perímetro de la OCDE) en una entidad bancaria aún por definir para el cierre definitivo de la cuenta en nuestros libros", prosigue la comunicación interna del banco. Finalmente, el dinero fue a parar -tal y como avanzó El País- a una cuenta en Isla Mauricio, uno de los lugares más opacos del planeta en materia de cooperación en la lucha contra la delincuencia financiera. Antes, Cid había puesto en dinero a nombre de una sociedad en Islas Vírgenes llamada Sil Assets Ltd, gestionada en realidad por un despacho de abogados y fiduciarios con sede en Panamá llamado Alemán, Cordero y Galindo. Antes de 2003 el dinero estaba custodiado por una sociedad en Costa Rica llamada Compañía Mazibinier SA.
Lejos de confirmar su implicación en el caso, confirmada ya por la Guadria Civil, el constructor de Valdemoro, al que la investigación vincula como presunto testaferro de Granados, aseguró que su voluntad de cambiar el dinero de país se debía a una cuestión de "cumplimiento fiscal".
Un vínculo con Granados
Según la documentación bancaria, Ramiro Cid reconoció en aquella reunión en Madrid tener relación tanto con el empresario David Marjaliza, como con Francisco Granados, con quien la Fiscalía considera que tiene negocios bajo cuerda. De hecho, Cid da un nombre incorrecto a los gestores del fondo, manteniendo que su relación es con "Francisco Colado Granados", haciendo una mezcla entre el nombre de un constructor madrileño responsable de la firma Dico y el del exconsejero de la Comunidad de Madrid.
Así, si el banco hacía cualquier comprobación del nombre en sus bases de datos de alertas financieras, en las que se anotan por ejemplo todos los políticos que están siendo investigados por corrupción, no encontraría anotación alguna. "El Sr. Cid nos informó que nunca había sido arrestado, que no tenía cargos criminales con la ley y que nunca estuvo formalmente involucrado caso", refleja la documentación enviada a la Audiencia Nacional. En esas fechas, el constructor de Valdemoro tenía ya la calificación de Investigado por la Audiencia Nacional.
La siguiente reunión del banco con el cliente fue el 11 de abril de 2015. En esa fecha, otro de los gestores advierte de que el cliente aparece ya en World Check, el servicio de información en fuentes abiertas que los principales bancos utilizan para saber si sus clientes tienen causas judiciales abiertas o si son clientes de riesgo por sus relaciones políticas. Cid explicó entonces que Francisco Granados le compró propiedades y un coche, pero siempre a precio de mercado.
Sobre el hecho de que el vehículo que ardió en casa de Granados estuviera en realidad a nombre de su empresa, el empresario explicó lo siguiente: "El automóvil a nombre de la empresa del señor Cid fue utilizado para que los clientes visitaran las nuevas promociones. Finalmente la empresa dejó de utilizarlo, por lo que decidió venderlo. Este automóvil se quemó cuando el nuevo propietario aún no había hecho el cambio de titular".