El truco de la esclava sexual de Málaga para escapar: "Tengo un familiar muy grave. He de ver a mi prima"
- Llegó a Madrid para convivir con su presunto captor tras meses de hablar por internet.
- Él le prometió su amor y le ofreció incluso casarse con ella.
- Tras lograr escapar de casa, fue directa al hospital, donde llamaron a la Policía.
Un familiar que estaba al borde de la muerte. Esa fue la excusa que la mujer convertida en esclava sexual por su pareja durante ocho días utilizó para lograr romper su cautiverio. Tras recuperar su móvil y contactar con su prima a escondidas, la víctima aseguró a su pareja y presunto captor que tenía que verla urgentemente. ¿La excusa? Que ambas tenían un familiar muy enfermo. Por ello, necesitaba salir de la vivienda y acudir al bar donde ambas habían concretado la cita. Si no, sospecharía.
Su captor, el hombre que le prometió cariño, que se ofreció a casarse con ella pero se dedicó durante ocho días a forzarla, quitarle la comida y obligarla a deambular sin ropa por la casa, aceptó dejarla salir de vivienda, pero le recordó que volvería en seguida a por ella. En cuanto su captor se marchó, la mujer de 32 años fue trasladada al hospital y su caso, puesto en conocimiento de la Policía.
Sin embargo, el calvario de Carmen (nombre ficticio) arrancó en realidad hace casi un año y con la forma de un cuento de hadas. En agosto de 2017, ella conoció por internet a un hombre de Benalmádena. Desde República Dominicana, comenzó a hablar con él a diario, a mantener charlas íntimas y a forjar desde la distancia una relación de pareja. Aparecieron incluso los celos, que ella achacó a la distancia y al intenso cariño que en apariencia había surgido entre ambos.
Con estos mimbres, Carmen barajó incluso marcharse a vivir a España, donde sus abuelos residían desde hace ya varios años. Ellos vivían en Madrid, pero por suerte, su prima estaba en Málaga, cerca de donde residía su nueva pareja.
Una llamada furtiva
Así, la víctima llegó a España en marzo y arrancó sus primeros días en el país en compañía de sus abuelos. Esperó hasta mediados de abril para marcharse más cerca de su pareja, y pasó a vivir con su prima, que trabaja de camarera en la Costa del Sol. Así arrancaron los problemas, cuando el detenido este fin de semana por la Policía comenzó a ponerle pegas. A decir que no quería que tuviera relación con su prima por que en el bar, conoce y tiene trato con otros hombres.
Es entonces cuando el ahora detenido, de 35 años y en el paro, la convence para que se vaya a vivir con ella. Según la información facilitada por la Policía Nacional, las primeras agresiones aparecieron pasadas las 24 horas. En esas fechas, Carmen estaba triste y cansada. Derrotada tras días de intentar buscar trabajo sin éxito. Desanimada y sin ánimo de tener relaciones íntimas con su pareja. Eso, según su versión, desató su ira y provocó la primera relación por la fuerza.
A partir de aquí el presunto agresor se quitó la careta y comenzó a poner sus normas: no te levantes de la cama nunca antes que yo, no puedes usar el teléfono sin mi consentimiento y sin que yo vigile con quién hablas, no puedes salir a la calle salvo que sea conmigo... Incluso comenzó a quitarle la comida y a encerrarla bajo llave cuando tenía que salir de casa. Y sobre todo, según la versión de la víctima, a forzarla y obligarle a mantener relaciones sexuales en contra de su voluntad.
Incluso grabó sin su consentimiento fotos y vídeos de esas relaciones, que según su relato guardó en una carpeta del ordenador. Al descargarlas, la víctima pudo ver cómo la carpeta tenía otro material anterior. Otras fotos y grabaciones. Eso hace pensar a los investigadores que puede haber otras víctimas. Mujeres que nunca han denunciado. De hecho, en el momento de la detención los agentes decomisaron además el portátil del presunto agresor, su cámara de vídeo y un pendrive USB con archivos informáticos.
Directa al hospital
Sin embargo, el captor cometió un error. Cuando dejó sola a Carmen, ella pudo coger su móvil y ponerse en contacto de nuevo con su prima. Fue entonces cuando le dijo que no le mandara mensajes que hicieran sospechar a su captor. El miedo a ser detectada hizo que no aportara muchos más detalles en ese momento. Solo que las cosas no iban bien.
Así, decidió plantear una situación en la que fuera absolutamente necesario que él le dejara salir de casa. Le dijo que un familiar muy directo estaba pasando por una enfermedad grave y que necesitaba de forma urgente hablar con su prima. Su captor, con antecedentes por maltrato a una pareja anterior en 2010, accedió a dejarla salir para que se encontrara con su familiar en un bar. En cuanto estuvo sola, su prima la trasladó al hospital. Solo por el aspecto físico, ya supo que algo grave sucedía. Allí los médicos se encontraron a la mujer muy desmejorada, con falta de alimento y explicando un relato que fue puesto de inmediato en conocimiento de la policía.