El ministro del Interior, Fenando Grande-Marlaska, ha asegurado este jueves que su voluntad es retirar de las vallas de Ceuta y Melilla las concertinas y que pedirá un informe para ver qué otras medidas pueden sustituirlas. "Haré todo lo posible porque puedan retirarse las concertinas de nuestras fronteras. Hay que trabajar en origen, por ejemplo, nunca llegar al extremo de las concertinas", ha aclarado el ministro.
Las declaraciones del titular de Interior, en las que ha reconocido que "no es aceptable" ver a personas tratando de atravesar las alambradas de cuchillas, recuerdan al discurso de la eurodiputada Elena Valenciano en su visita a la valla de Melilla en marzo de 2014, cuando era vicesecretaria general del PSOE. Valenciano afirmó que "ningún país" podía "sacar pecho sobre este asunto en la Unión Europea". Se sintió tan compungida que se ocultó tras unos arbustos arrasada por las lágrimas.
La vicesecretaria socialista llevó la cuestión al Congreso: "Es un problema muy serio" y "viola los Derechos Humanos", explicó antes de admitir lo impresionada que se quedó. "Cuando acabé de visitar la valla de Melilla me tuve que esconder detrás de un árbol porque me puse a llorar; lo que allí se ve es terrorífico", dijo conmocionada en una entrevista a TVE.
También definió las fronteras del resto de la Unión Europea como "espantosas". "En unos casos son cuchillas, en otros pinchos y en otros el mar Mediterráneo, un gran cementerio", declaró la ahora eurodiputada. "Estamos violando los Derechos Humanos de la gente para protegernos de la inmigración ilegal", enfatizó.
Valenciano acusó al Gobierno de Mariano Rajoy de "saber que las concertinas -alambrada con cuchillas- hacían mucho daño y aún así decidir reinstalarlas". El reproche, oportuno o no, se le volvió en contra al PSOE.
De hecho, durante el mandato de Jose Luis Rodríguez Zapatero se incrementaron las terribles concertinas que tanto habían hecho llorar a socialista. Valenciano se defendió diciendo que "cuando el ex presidente viajó a Melilla dio orden de retirarlas" y aseguró que "hubo un estudio sobre este asunto"."Si en algún momento convivieron con alguno de nuestros Gobiernos, mal hecho, pero lo cierto es que en un momento dado decidimos retirarlo", destacó.
En su momento, las vallas fueron un tema de ardiente polémica que llegó al debate de la Unión Europea. El comisario europeo de Inmigración, Dimitris Avramopoulos, declaro que tenía "la intención de seguir de cerca la situación en Ceuta y Melilla". En su opinión, "cualquier medida de vigilancia de fronteras debe ser proporcional a los objetivos que se persiguen y respetar la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE y la dignidad de los migrantes".
Parece ser que los llantos de la eurodiputada han conmocionado a Marlaska, que ha anunciado este jueves que "hará todo lo posible porque puedan retirarse las concertinas de nuestras fronteras" aunque "esta decisión no supone eliminar los controles". "Estamos hablando de solidaridad controlando los flujos migratorios, lo uno no quita lo otro, hay que ver el respeto a la dignidad de las personas", ha insistido el ministro.
La apuesta del ministro del Interior es que "si esas personas ya están al lado de la valla, es algo razonable quitarlas". La llegada de Marlaska al cargo ha estado marcada por la inmigración: primero con la acogida del Aquarius, que llegará en los próximos días a la costa valenciana, sobre los que ha aclarado que recibirán "el mismo trato que los que vienen en pateras" y ahora con estas declaraciones sobre la intención de retirar las concertinas de Ceuta y Melilla.
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