Este domingo por la mañana, el barco Aquarius y otras dos embarcaciones italianas llegarán a Valencia con 629 migrantes a bordo. Nada más atraquen de manera escalonada cada tres horas desde las 6:30, según informa el Gobierno, serán atendidos por un dispositivo humano sin precedentes en España.
Estas son algunas de las cifras: 1.000 voluntarios de la Cruz Roja, 400 traductores de acompañamiento, 70 traductores jurados, 356 policías nacionales, 150 miembros de personal de la Conselleria de Sanidad de la Generalitat valenciana, además de 15 de sanidad exterior, 120 policías autonómicos, y aproximadamente un centenar de Guardias Civiles, según el recuento facilitado por la agencia EFE.
El primer gran gesto del Gobierno, acogido con entusiasmo por amplios sectores de la sociedad, instituciones internacionales y mandatarios europeos, tendrá por fin su foto en tierra española y los centenares de migrantes encontrarán un primer alivio a su compleja situación.
Valencia, sólo una etapa en el camino
Pero la acogida de los rescatados por el Aquarius no será el final de un gesto humanitario protagonizado por un Gobierno con nuevos miembros. La gran repercusión de la operación deja sin respuesta muchas incógnitas. La primera de todas es el estatus de esos migrantes, de 26 nacionalidades diferentes, según Médicos sin Fronteras, una de las dos organizaciones que llevó a cabo el rescate en aguas internacionales.
¿Serán considerados refugiados y, por lo tanto, con derecho a residir en España o en otros países de la Unión Europea? ¿Serán considerados inmigrantes irregulares, por lo que podrían acabar en un Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) y expulsados de España con rumbo a sus países de origen?
A pesar de los llamamientos de ONG como Médicos sin Fronteras o partidos políticos, como Compromís, el Gobierno insiste en que el futuro de los 629 migrantes se decidirá en entrevistas individuales a cargo del Ministerio del Interior que evaluarán la situación de cada uno de ellos. La mayoría proceden de África subsahariana y algunos pueden tener al alcance de la mano el estatus de refugiado si provienen de países en conflicto, como Libia. Pero hasta llegar a ese punto tendrían que hacerse las pertinentes comprobaciones.
No hay nada cerrado salvo la permanencia en Valencia de los 123 menores no acompañados. Los hijos de las embarazadas que den a luz en España tendrán derecho a la nacionalidad española.
"Una autorización especial de un mes"
Este sábado, el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, que ha participado en el operativo gubernamental, aclaró que nada más lleguen, los 629 rescatados "tendrán una autorización especial de un mes" en suelo español antes de que se decida su suerte, por lo que probablemente serán acogidos por las comunidades y ayuntamientos que se han ofrecido en toda España.
La duda es qué pasará luego. La situación ha cambiado bastante en los últimos días. En apenas 12 horas de este viernes, 682 personas habían sido rescatadas en aguas del Estrecho y el mar de Alborán. Otros 191 fueron recogidos este sábado hasta el mediodía. La cifra no tiene precedentes desde 2014, cuando más de 900 personas fueron rescatadas en una sola jornada.
Según algunas fuentes, Marruecos ha relajado en la última semana los controles de sus costas coincidiendo con las gestiones del Aquarius y los preparativos para la primera visita de Pedro Sánchez al país en su primer viaje al extranjero como presidente. El desplazamiento aún no tiene fecha, pero en Exteriores trabajan con la hipótesis de que se mantenga.
Haya o no efecto llamada de inmigrantes gracias al gesto con el Aquarius, algo que el Gobierno niega que esté sucediendo tan pronto, España se encuentra ante el reto de aplicar unos mismos criterios para los migrantes que lleguen a sus costas al tiempo que impulsa en la Unión Europea un complejo .cambio de políticas.
"Que nadie se ponga nervioso"
Esa Europa parece que ya se mueve. Francia se ha ofrecido a acoger a migrantes que quieran llegar hasta tierras galas, aunque para eso en teoría tendrían que ser considerados refugiados salvo que su estancia en el país vecino también fuese provisional. En un telegrama, Sánchez ha agradecido el gesto a Emmanuel Macron, que esta semana se ha reunido con su homólogo italiano para tratar de empezar a negociar una estrategia europea que impida que cientos de personas sean dejadas a su suerte en el mar con el riesgo de sucumbir buscando una vida mejor.