Más de 700 periodistas se acreditaron en Valencia para asistir a la llegada y desembarco de los 629 migrantes a los que el Gobierno de Pedro Sánchez decidió acoger ante las negativas de Italia y Malta. Un gesto que ha removido conciencias y que tendrá un peso significativo en la próxima reunión del Consejo de Europa.
Sin embargo, los gestos en el Mediterráneo no han conseguido frenar la oleada masiva de pateras que, amparadas por el buen tiempo de este fin de semana, han llevado a las costas andaluzas y canarias a 1.290 inmigrantes, sin contar los cuatro fallecidos y los 63 desaparecidos que aún busca Salvamento Marítimo.
De los 1.290 inmigrantes que llegaron a territorio español durante el pasado fin de semana, 152 fueron rescatados en aguas canarias y otros 1.138 en Andalucía, donde diferentes operaciones de Salvamento Marítimo y de la Guardia Civil auxiliaron a no menos de 72 pateras, siendo la jornada más intensa la del viernes y especialmente frente a las costas de Cádiz.
En la búsqueda de los 43 desaparecidos en aguas del Mar de Alborán participa un dispositivo compuesto por el helicóptero Helimer 204, la Guardamar Calíope, la patrullera Río Almanzora de la Guardia Civil, el avión Cóndor 2 del Frontex y también se ha avisado a los buques que transitan por la zona para que alerten de cualquier posible hallazgo. Además, Cruz Roja se ha hecho cargo de más de 110 inmigrantes en dos centro de acogida temporales habilitados en Cádiz y en Jerez de la Frontera, que se suman a las plazas con las que cuenta la institición en su centro de Campo de Gibraltar.
En Canarias, Salvamento Marítimo rescató en la tarde del domingo en el Atlántico a 152 inmigrantes que viajaban rumbo a las islas Canarias y se encontraban a 200 millas náuticas (unos 370 kilómetros) al sur. Además, un portavoz de la Guardia Civil ha informado además de que los equipos de salvamento buscan a una patera con unos veinte inmigrantes a bordo desaparecida en alta mar al sur del archipiélago tras partir de Mauritania.
También por tierra
Sin embargo, la avalancha que ha sufrido la frontera española durante el pasado fin de semana se extendió también a Ceuta y Melilla. De hecho, fuerzas policiales marroquíes impidieron que un grupo de más de 250 subsaharianos intentasen saltar la valla fronteriza de Ceuta, lo que, a pesar de todo, obligó a las fuerzas españolas a un despliegue especial de este lado de la frontera. Según diferentes informaciones, unos 100 inmigrantes intentaron llegar a la carrera por la frontera del Tarajal y fueron contenidos en una parada de taxis situada a unos 500 metros del paso fronterizo, mientras que un segundo grupo integrado por unos 150 inmigrantes se situó en la parte alta del monte, sin llegar a la valla.
La oleada masiva de pateras desde Marruecos hacia las costas españolas de este fin de semana se debe, en buena medida al final del Ramadán -mes de ayuno religioso de los musulmanes- y a la notable mejoría del tiempo, según fuentes especializadas en movimientos migratorios consultadas por la agencia EFE. Una presión migratoria que, en alguna medida, responde al 'efecto llamada' que algunos achacan a la decisión del Gobierno de Pedro Sánchez de abrir las puertas de España a los 629 migrantes a bordo de la flotilla del 'Aquarius'.
Los tres barcos que formaban parte del viaje -Dattillo, Aquarius y la fragata de la armada italiana Orione- llegaron la mañana del domingo al puerto de Valencia con un total de 629 personas a bordo. Todas ellas fueron sometidas a un control médico y derivadas a diferentes centros médicos, albergues y CIES. Todas ellas dispondrán ahora de una prórroga de 45 días por la excepcionalidad de la situación a partir de la cual tendrán que regularizar su situación y definir su estatus, aunque si bien el Gobierno de Sánchez tiene claro que se atendrán a la normativa Mónica Oltra, líder de Compromís y vicepresidenta de la Generalitat, ha apuntado que todos ellos deberían ser considerados como refugiados.
Debate abierto en Bruselas
Esa misma disputa es la que el PSOE quiere trasladar a la Unión Europea, donde Angela Merkel se ha encontrado con un punto de desequilibrio en su coalición de gobierno a cuenta de la política migratoria germana. Además, Italia ha dejado clara su postura con el Aquarius a pesar de violar flagrantemente la normativa que establece que el Aquarius debía haber atracado en el país más cercano. Un conflicto abierto y que afecta a toda Europa, pues tanto el sur como el este de las fronteras del Viejo Continente sufren la presión de quienes quieren llegar.
Encontrar una solución es clave a corto y medio plazo, más incluso a la larga, y para ellos la reunión del Consejo de Europa del próximo 28 de junio será fundamental. Y lo será por dos razones: se tratará de la cumbre continental con Pedro Sánchez al frente del Ejecutivo español y en la agenda de la cumbre ya se encontraba el asunto de la ley común sobre inmigración incluso antes de esta crisis desatada esta fin de semana en Canarias, el Estrecho, el Mar de Alborán y, por supuesto, por el Aquarius.