Pablo Iglesias prometió hacer oposición a Pedro Sánchez, sobre todo si el presidente del Gobierno no se comprometía con una agenda de reformas sociales. Parece lógico que Podemos quiera visibilizar sus diferencias con el PSOE en su pelea por la hegemonía de la izquierda. Pero, al menos por ahora y en asuntos territoriales, la realidad es que el líder de Podemos parece otro miembro del Gabinete de Sánchez. En concreto, Iglesias lleva unos días ejerciendo de ministro de Asuntos para Cataluña.
Una reunión con Quim Torra en la Generalitat, visitas a los políticos presos catalanes (ha visitado los Jordis y también lo hará con Oriol Junqueras) y hasta una oferta para mediar entre el Ejecutivo y la Generalitat. Todo ello en el marco de unas magníficas relaciones, al menos por ahora, entre Sánchez e Iglesias, como evidencia la ya famosa reunión secreta en la Moncloa.
Es evidente que Iglesias ha dado un paso adelante para colaborar en la resolución de la grave crisis política que se vive en Cataluña. Desde el Gobierno aseguran que se trata de movimientos unilaterales del secretario general de Podemos. Por ejemplo, la vicesecretaria general del PSOE y portavoz de su grupo en el Congreso, Adriana Lastra, aseguró que se había enterado por los medios de comunicación de la visita de Iglesias a los presos.
Sin embargo, Iglesias ha dejado entrever que contaría con la aquiescencia o el conocimiento de Sánchez. De hecho, afirmó que le constaba que el presidente del Gobierno "hará lo posible para acercar a los presos políticos catalanes". "Me consta, porque eso lo hablé con Pedro Sánchez, que él está de acuerdo, y que va a hacer lo posible por facilitarlo. Eso puede ayudar mucho en Catalunya y en España", agregaba Iglesias.
Iglesias hace lo que no hacen Batet y Borrell
Parece que, de alguna manera, Iglesias ya media entre Torra y Sánchez, antes del esperado encuentro que ambos mantendrán en las próximas semanas. Justo el papel que por ahora no ejercen otros miembros del Gobierno del PSOE. Este miércoles, el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, quien ha aplaudido la actitud de Iglesias, volvía a criticar a los ministros de Exteriores, Josep Borrell, y de Política Territorial, Meritxell Batet, a quienes tildó de “hooligans” pues “hablan de enfrentamiento”.
El interés de Iglesias por solucionar los problemas en Cataluña no es nuevo. El líder de Podemos siempre se ha implicado en estos asuntos. Medió, por ejemplo, entre Carles Puigdemont y el Gobierno del PP para que no se llegase a la ruptura que supuso la declaración unilateral de independencia en el Parlament. Siempre ha apelado al "diálogo" como la única vía para solventar la crisis. Y en esas sigue.
De hecho, a partir de ahora será el portavoz del grupo parlamentario confederal de Unidos Podemos en la Comisión de Política Territorial y Función Pública. Una comisión que se ha constituido en el Congreso como consecuencia de la creación de ese Ministerio en el Ejecutivo de Sánchez.
¿Hasta cuándo?
Lo novedoso es su fuerte implicación de los últimos días. Las visitas a los presos y el encuentro con Torra han marcado la agenda política en Cataluña y en toda España. Y más aún, como ya se ha dicho, tras el encuentro secreto en Moncloa que desveló La Vanguardia. Este miércoles, en la sesión de control al Gobierno, Sánchez e Iglesias volvieron a tratarse con un tono cortés y constructivo, aunque sobre otros temas.
En todo caso, Iglesias no va a ser siempre tan cómodo para Sánchez. Y menos en referencia a Cataluña. Porque, como ya adelantó este diario, tarde o temprano Podemos volverá a proponer un referéndum pactado por el Estado y la Generalitat, algo de lo que no quieren ni oír hablar en el PSOE. Ahí volverá a evidenciarse que, parezca lo que parezca, Podemos está en la oposición.
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