Hay tres figuras que, sin ser del PP, han planeado el hotel que ha acogido el Congreso: Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera. Cuando se trata de políticos ajenos al partido, los compromisarios sí se ponen de acuerdo. Los tres les merecen una opinión negativa, aunque muestran algo más de respeto y benevolencia con el líder de Ciudadanos.
En cuanto al presidente del Gobierno, los compromisarios del PP lamentan que haya llegado al poder legítimamente, pero sin pasar por las urnas. Le tachan de hombre “vacío” que “vive de las ilusiones”. También le recriminan haber prometido que convocaría elecciones lo antes posible para luego intentar estirar la legislatura hasta el final.
A Pablo Iglesias le llaman “populista”. Dicen que está en el “extremo”, lo que le convierte en una opción política “nociva” para España. Un compromisario le acusa de haber empezado en una tienda de campaña y haber alcanzado “una de las mejores casas de Madrid” gracias a su paso por el Congreso de los Diputados.
El tono se relaja cuando se les pregunta por Albert Rivera. Un grupo de compromisarios lo adjetiva con sorna como “el afamado novillero”. Aseguran que hace política “a golpe de encuesta” y que, como una veleta, se “arrima” al sol que más calienta. “Le veo en tierra de nadie, muy oportunista”, coinciden un par de entrevistados.