Juan Carlos I será el enviado de Pedro Sánchez a la toma de posesión del nuevo presidente de Colombia, Iván Duque. En plena crisis por las conocidas como cintas de Corinna, las grabaciones de la examante del rey Corinna zu Sayn-Wittgenstein donde acusa al rey emérito de ocultar patrimonio en el extranjero, fraude fiscal y cobro ilegal de comisiones, el Consejo de Ministros ha decidido enviarle a Colombia como máximo representante de España. El acto, en el que está previsto una gran representación de dignatarios extranjeros, está previsto para el 7 de agosto.
El Gobierno ha tomado la decisión este viernes, durante la reunión de todo el gabinete, y ha tomado la forma de un real decreto sancionado por el Consejo de Ministros. El apunte figura en la referencia que incluye todas las decisiones tomadas este viernes por el Ejecutivo, pero no fue anunciada ni con antelación ni por la portavoz, Isabel Celaá, en la rueda de prensa posterior a la reunión.
El Gobierno está muy preocupado por el impacto de las grabaciones a Corinna, publicadas por EL ESPAÑOL, con un enorme impacto mediático y social y que ha obligado al director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Félix Sanz Roldán, a comparecer en la comisión de Gastos Reservados del Congreso. Al mismo tiempo, la Audiencia Nacional ha abierto una pieza separada sobre los documentos y ha citado al excomisario José Manuel Villarejo, autor de las grabaciones, a declarar el próximo jueves, el mismo día que en la Cámara Baja comparece Villarejo.
El Ejecutivo contesta generalmente a las preguntas sobre el caso con monosílabos, evita citar al ex jefe del Estado por su nombre y hasta el viernes pasado defendía que se trataba de "grabaciones antiguas" que "afortunadamente" no afectan a Felipe VI. "Ni las consideramos", llegó a decir Celaá en rueda de prensa dos días antes de que el Gobierno, en pleno domingo, anunciase que enviaría a Sanz Roldán al Congreso. Este viernes, la portavoz tampoco se ha querido pronunciar al respecto.
La decisión de Sánchez no es baladí. Juan Carlos I ha sido tradicionalmente un gran activo del Estado por sus proyección internacional y su amistad con numerosos mandatarios extranjeros. También ha sido clave en la consecución de contratos comerciales para empresas españolas. Sin embargo, las recientes revelaciones sugieren que pudo haber un enriquecimiento irregular del monarca en algunas o muchas de esas transacciones.
Duque, nuevo presidente colombiano, sucederá a Juan Manuel Santos. El 6 de julio estuvo en Madrid y se reunió tanto con Sánchez en Moncloa como con Felipe VI en Zarzuela.
El gesto de Sánchez de hacer de Juan Carlos I de nuevo el representante de todos los españoles en un acto protocolario también parece enviar un mensaje que algunos miembros del Gobierno sólo trasladan en privado y muy tímidamente. El Ejecutivo está dispuesto a defender la figura del rey emérito a pesar de las revelaciones, que no piensa investigar.