El rey emérito, Juan Carlos I, fue este viernes nombrado por el Consejo de Ministros como máximo representante de España en la toma de posesión del nuevo presidente de Colombia, Iván Duque, que asumirá su cargo el próximo 7 de agosto. El encargo, en forma de un Real Decreto de la Presidencia del Gobierno, figuraba en la referencia oficial del Ejecutivo en la que cada viernes da cuenta de todos las decisiones adoptadas antes de que las refleje el Boletín Oficial del Estado (BOE). Así se remitió a los periodistas y se publicó en la web oficial de la Moncloa.
No era la primera vez que el rey Juan Carlos participa en un acto así. Sin ir más lejos, hace cuatro años el BOE publicó un Real Decreto por el que Mariano Rajoy le encargó, que acababa de abdicar, la máxima representación oficial en la toma de posesión de Juan Manuel Santos, que ahora dará el relevo a Duque en la presidencia colombiana. Desde entonces, Juan Carlos I ha acudido a tomas de posesión de los jefes de Estado de Uruguay, Argentina, Guatemala, Perú, República Dominicana o Chile. Siempre enviado por el Gobierno a través de Reales Decretos promulgados con idénticas palabras a las que el Ejecutivo empleó este viernes.
Pero ya nada es como antes. El Gobierno rara vez pronuncia ya en público el nombre del rey Juan Carlos. Responde de forma escueta, casi con monosílabos, cuando es preguntado por las conocidas como las cintas de Corinna, publicadas por EL ESPAÑOL la semana pasada y que han causado un gran revuelo mediático y una tormenta política, incluyendo la exigencia de Unidos Podemos de que se abra una comisión de investigación en el Congreso.
En las cintas, la aristócrata y empresaria Corinna zu Sayn-Wittgenstein, ex amante del emérito, fue grabada por el excomisario José Manuel Villarejo mientras relataba que el monarca ocultaba dinero en Suiza y cobraba comisiones ilegales. La ex pareja del rey también denuncia amenazas directas contra ella y su familia por parte del director del Centro Nacional de Inteligencia, Félix Sanz Roldán, confirmado en su puesto por el Gobierno nada más llegar al poder.
Se trata de un tema incómodo para el Ejecutivo, que ni ha desmentido el contenido de las cintas ni ha decidido investigarlo, argumentando que se trata de unos documentos que también están a disposición de la Justicia. Todo ello pese a que afectan también a un órgano vital para la seguridad del Estado como es el CNI y a la imagen de la jefatura del Estado, cuyos actos deben estar siempre refrendados por el Gobierno, según exige la Constitución.
El Gobierno se negó a dar explicaciones detalladas el viernes pasado, pero dos días después, el domingo por la tarde, anunció que Sanz Roldán comparecería en una comisión parlamentaria a puerta cerrada "a petición propia". "La política se mueve no en 48 horas, sino en minutos", explicó este viernes la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá.
Un error inaudito, no rectificación
¿Cómo es posible que el Gobierno acabe enviando como máxima representación de España al rey emérito a un acto lleno de jefes de Estado en plena crisis por las cintas de Corinna? ¿Lo había pedido el Juan Carlos I o el rey Felipe VI y Sánchez lo había aceptado? ¿Era una manera de reivindicar el papel del monarca frente a los que dudan de su ética personal y aseguran que llevaba una vida sin reglas?
Ninguna de estas preguntas tiene respuesta. Desde que EL ESPAÑOL publicó la información con el encargo a Juan Carlos de desplazarse a Colombia el próximo 7 de agosto (como figuraba en el documento oficial y público), varias agencias y medios de comunicación se hicieron eco de la decisión.
El equipo de comunicación del presidente se puso después en contacto con numerosos medios para explicar que se trataba de un "error" y no de una rectificación política. Algunos explicaron que el Gobierno informaba de un fallo o directamente pidieron a sus abonados que no tuviesen en cuenta la información.
Las fuentes oficiales consultadas no ofrecieron aclaración alguna sobre la naturaleza del error. No explicaron si el asunto se trató en el Consejo de Ministros pero no se logró consenso o si venía por equivocación aprobado de antemano en los puntos que se aprueban sin debate, conocidos como Índice Verde, que supervisa los miércoles la vicepresidenta, Carmen Calvo. Tampoco cuál será la representación de España en esa toma de posesión, se trate del rey Felipe VI, algún miembro de su familia o del Gobierno. El equipo de comunicación de Sánchez se limitó a asegurar que la información será proporcionada a los medios "la semana que viene".
Mientras, el Gobierno aseguraba que el encargo no figuraría en el Boletín Oficial del Estado (BOE) de este sábado junto al resto de decisiones. El "error" por el que Juan Carlos I seguía teniendo una vida oficial al margen del escándalo de las cintas de Corinna, representando al máximo nivel a España en el extranjero, duró exactamente 92 minutos. El emérito seguirá alejado de los focos.
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