Josep Borrell, el hombre (rodeado de hombres) que quiere feminizar la diplomacia
- En el cuerpo diplomático sólo hay un 25% de mujeres y sólo una de cada 10 llega a ser embajadora.
- Borrell promete cambiar la selección de embajadores pero sus cargos de confianza son todos varones. En sus 20 primeros nombramientos sólo hay tres mujeres.
La diplomacia es un mundo de hombres. De los 907 diplomáticos españoles, sólo 237 son mujeres, según datos que el Ministerio de Asuntos Exteriores facilitó en marzo. De cada cuatro diplomáticos, sólo una es mujer. De cada 10 embajadores, sólo una es mujer.
El techo de cristal es, en la diplomacia, mucho más duro de romper que en otros niveles de la administración del Estado. Si las embajadoras son un 11% del total, dentro del cuerpo de funcionarios de más rango (30) de todas las administraciones del Estado, el número de mujeres asciende hasta el 38,9%. Si se cuentan los seis niveles funcionariales más altos del conjunto de las administraciones públicas, las mujeres son el 47%. Excluidas las Fuerzas Armadas y de seguridad, donde la presencia de hombres es muy superior, las mujeres son el 52,54% del total de funcionarios, según datos del Ministerio de Política Territorial y Función Pública.
El ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, tiene la intención de feminizar la diplomacia, según ha anunciado recientemente en el Congreso de los Diputados y en la toma de posesión de la nueva subsecretaria del Ministerio, Ángeles Moreno, que ha recibido el encargo de un nuevo reglamento de la carrera diplomática que mejore el proceso de selección de embajadores.
Sin embargo, Borrell apenas ha nombrado a mujeres para puestos relevantes tras dos meses en el Gobierno y ocho reuniones del Consejo de Ministros, donde se elevan los principales nombramientos, con reflejo en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
El balance de Borrell arroja 20 nombramientos a través del Consejo de Ministros: 17 hombres y tres mujeres. Su círculo de poder más próximo, todos ellos cargos de confianza, podría haber visibilizado su apuesta, pero está conformado exclusivamente por varones. Se trata de su jefe de gabinete, Camilo Villarino, y los tres secretarios de Estado: Fernando Martín Valenzuela (Exteriores), Marco Aguiriano (Unión Europea) y Juan Pablo de Laiglesia (Cooperación Internacional, Iberoamérica y Caribe). La cúpula de Exteriores, los cinco primeros puestos del escalafón, incluyendo al ministro, son varones.
12 embajadores, 12 hombres
Hasta ahora, Borrell ha designado a doce embajadores y todos son hombres. Se trata de los representantes de España en importantes organizaciones internacionales: la ONU, la OTAN, el Consejo de Europa y la OCDE, puesto este último donde ha recalado el secretario de Economía del PSOE, Manuel Escudero. También son hombres los enviados a Túnez, Kazajstán, Costa de Marfil, Gabón, Haití, Kuwait, Benín y Samoa. Aunque no hayan sido formalmente aprobados, han sido anunciados los nombramientos de Jorge Moragas, ex jefe de Gabinete de Mariano Rajoy, como embajador en Filipinas. El predecesor de Borrell, Alfonso Dastis, irá a Italia,
¿Quienes son las mujeres que mandan en la diplomacia de Borrell? La subsecretaria Moreno, precisamente que ha recibido el encargo de feminizar la cúspide de la diplomacia española en tanto que presidenta de la Junta de la Carrera Diplomática. Las otras dos son directoras generales, Aurora Mejía (Europa Occidental, Central y Sudeste de Europa) y Ana María Salomón (América del Norte, Europa Oriental, Asia y Pacífico). El tercer director general de los que ya ha nombrado Borrell es Gabriel Ferrero (Desarrollo Sostenible).
Los nombramientos de Borrell para su guardia pretoriana contrastan con los de otras carteras, donde los ministros (o ministras) han escogido a más mujeres, en sintonía con los nombramientos del primer nivel decididos por Pedro Sánchez.
Las explicaciones de Borrell
Pero ha sido el propio Borrell el que ha excluido a las mujeres de su círculo más cercano argumentando que en su ministerio, a diferencia de otros, los principales puestos suelen estar copados por funcionarios, y que simplemente cuenta con menos mujeres por razones históricas.
Así lo expresó en la Comisión de Exteriores del Congreso al justificar por qué sólo el 25% de los diplomáticos son mujeres. "El 25% es aproximadamente el mismo porcentaje de las mujeres que se presentan a las oposiciones. La mujer aprueba el ingreso en la misma proporción que la aprueban los hombres. Si no hay más, es porque no se presentan más. Si no hay más mujeres —no diré de una cierta edad— de una cierta seniorship [veteranía y alto rango] es porque la incorporación de la mujer a la carrera diplomática ha sido más tardía", explicó el ministro.
Tradicionalmente, la embajadora era el nombre por el que se conocía a la esposa del embajador. La Escuela Diplomática sólo comenzó a aceptar mujeres a partir de 1964. La primera en pasar el examen fue María Rosa Boceta en 1971, aunque fue antes, durante la Segunda República, cuando una mujer llegó a ser embajadora. Se trató de Isabel Oyarzábal, que lo fue en Finlandia y Suecia durante la Guerra Civil.
"El 25% [de mujeres en la diplomacia española] es de media sobre todas las edades, pero es mucho mayor en las promociones más jóvenes y más bajo en las promociones más altas. Eso es algo que yo no puedo remediar. Es un hecho de la vida y yo tengo que tratar con el colectivo humano que tengo. Los embajadores suelen ser diplomáticos con un cierto número de años de carrera, por encima de los veinte, y ahí la proporción de mujeres es menor, lo que también se traduce en el número de mujeres que ostentan cargos de embajadora", resumió. Las embajadoras nunca han sido más del 15,5%, el máximo histórico en tiempos del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Cuatro puntos más que en la actualidad.
Una promesa difícil de cumplir
A pesar de que Borrell asegura tener las manos atadas, en el Congreso comprometió que, excluido el círculo de confianza, "la proporción resultante entre hombres y mujeres será 40-60", se entiende que con un 60% de hombres.
Fuentes del Ministerio explican que hay que tener en cuenta que muchos de los nombramientos respetan la decisión de la Junta de la Carrera Diplomática, que por ley exige numerosos requisitos a los aspirantes, entre los que figura la antigüedad y la experiencia previa en responsabilidades similares. "Si en algunos puestos se exigen 20 años de antigüedad y hace 20 años había muchas menos diplomáticas, difícilmente las medidas que se tomen ahora para favorecer el ascenso de mujeres tendrán un efecto inmediato. Habrá que evaluarlo cuando pasen los años", razonan. En la diplomacia, todo va más lento.
En sus preguntas, el diputado de Unidos Podemos Pablo Bustinduy consideró un "escándalo democrático que en la Administración del Estado en el año 2018 siga existiendo una disparidad y una desigualdad de ese calibre", máxime cuando las mujeres "representan un 50% de la plantilla del ministerio, un 53% del personal laboral y un 56% del personal funcionario no diplomático".
"No ayuda que ninguna de las tres secretarías de Estado no incluyan ninguna mujer, y manifestamos nuestra disconformidad", lamentó Bustinduy. Pero hasta en la Comisión de Exteriores del Congreso la paridad brilla por su ausencia. De los 11 portavoces, sólo hay dos mujeres, del PP y Ciudadanos.