La debilidad del Gobierno de Pedro Sánchez no es novedad. Por eso no resulta extraño que su capacidad de maniobra frente a la huelga convocada por el sector del taxi sea escasa. El Ejecutivo, solo sostenido por los 84 diputados del PSOE, ve otra vez cómo afloran las diferencias con aquellos que le auparon al poder. Un poder menguante, a la vista de cómo terminó este lunes la reunión entre Fomento y los representantes de los taxistas.
No bastaron los guiños. Tampoco los compromisos, más o menos publicitados. Las asociaciones del sector mantienen las protestas ante un Gobierno que, como ya ha explicado este diario, trata a toda costa de derivar el conflicto a las comunidades autónomas. Algo en lo que no están de acuerdo todos sus socios, entre los que Podemos presiona y los nacionalistas miran hacia otro lado. Actitudes que, como en otras materias, acentúan la soledad de Sánchez.
La imagen de las principales arterias de Barcelona y Madrid colapsadas son la fotografía que el Ministerio de Fomento quería evitar. El mal menor es que, al menos, esta situación no se prolongue en el tiempo. En su primer intento, el titular de Fomento, José Luis Ábalos, no ha conseguido ni lo uno ni lo otro. La huelga sigue.
Este lunes, el secretario de Estado de Infraestructuras, Pedro Saura, se reunió durante cinco horas con los representantes de las principales asociaciones de taxis en un encuentro infructuoso. Saura se comprometió a recoger las inquietudes del gremio a través de un real decreto ley que se llevaría a Consejo de Ministros el 14 de septiembre. ¿La promesa de Fomento? "Dar estabilidad y recomponer el equilibrio perdido" al ratio de una licencia de VTC por cada 30 licencias de taxis.
Fedetaxi, Antaxi y Élite Taxi, las principales federaciones del gremio, no se mostraron conformes con esa decisión. Quieren respuestas a sus inquietudes y las quieren ya. Por eso anunciaron, como ya se ha dicho, que mantendrán la huelga que afecta a las principales ciudades españolas.
La citada promesa puede convencer a las federaciones del sector, pero su articulación legal es más que complicada. Los principales representantes de los taxistas no creen que el PSOE pueda sacar adelante el decreto ley teniendo en cuenta la minoría parlamentaria que caracteriza su Gobierno.
Los grandes partidos, contra Sánchez
Porque, más allá de la problemática concreta que enfrenta a los taxistas y Fomento, esta crisis vuelve a evidenciar la debilidad de un Ejecutivo necesitado de demasiados socios. Este lunes, Ciudadanos y Partido Popular arremetían contra el Gobierno de Sánchez por su incapacidad para sofocar el problema.
Podemos, alineado con los trabajadores del taxi, presionaba al Ejecutivo y reclamaba, como el PP, la comparecencia de Ábalos en el Congreso. Entre los nacionalistas, diversidad de opiniones, pero básicamente ven con buenos ojos que se transfieran las competencias en esta materia a las comunidades. Otra cosa es que lo vean posible.
Las reacciones a la oferta de Fomento
Si los partidos no se fían de la solución de la crisis, mucho peor son las sensaciones que se extienden entre los principales afectados por la misma. La oferta de Fomento, que consiste en adoptar medidas "definitivas, estables y no parches" y que más parece una forma de ganar tiempo ante una crisis de muy complicada solución, no seduce a los taxistas. Las reacciones de las principales asociaciones así lo atestiguan.
Desde Fedetaxi, su presidente, Miguel Ángel Leal, tachó de insuficiente la oferta del Ministerio, que ve difícil que pueda sacar adelante el decreto ley por la minoría parlamentaria que tiene el PSOE, al igual que la transferencia de competencias a las comunidades autónomas. La propuesta de Fomento, que retiró su petición de cautelares contra el reglamento de Ada Colau para las VTC -servicios que prestan compañías como Uber y Cabify- sólo soluciona el problema generado en Barcelona, apuntó.
El presidente de Antaxi, Julio Sanz, señaló que tampoco desconvocarán porque la oferta es escasa, y que la Conferencia Nacional de Transporte que Fomento ha convocado para el miércoles "será fundamental". Por su parte, el portavoz de Élite Taxi, Alberto Álvarez, afirmó que le gustaba lo que dice el ministerio, pero que desconvocar la huelga corresponde "a los compañeros".
Desde la patronal de VTC, Unauto, su presidente, Eduardo Martín, pidió al Gobierno que "no ceda a los chantajes" del "monopolio del taxi" y que les garantice la seguridad, tras conocerse que hay más de cien coches "destrozados" y que algunos vehículos habrían sufrido impactos de bala del calibre 22.
En suma, el conflicto sobre los taxis y las licencias VTC sigue a flor de piel. La solución parece lejana. Y la huelga imparable.
Noticias relacionadas
- Los madrileños, divididos ante la huelga del taxi
- Un extaxista se atreve a decir las "cosas políticamente incorrectas" del gremio
- Extremista, marginal y violento: los tópicos del taxista que perpetuó el cine
- El Taxi mantendrá colapsadas las calles pese a los cambios ofrecidos por Fomento
- Podemos quiere que el presidente de la CNMC dimita por la crisis del Taxi
- Los taxistas colapsan la Castellana y plantean sus condiciones para desconvocar la huelga