El violador de niñas de Madrid fingía discusiones con su mujer para dormir en casa de sus víctimas
- La Policía le acusa de abusar de cinco niñas de edades de entre 5 y 7 años y difundir los vídeos por Internet.
- Detenido uno de los violadores sexuales más peligrosos de España en Madrid.
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Los policías al frente de la investigación le llamaban Balrog, en referencia al horrible monstruo que ataca a los protagonistas de El Señor de los Anillos de J.R.R. Tolkien. Consideraban que ese apelativo definía al detenido, al que le acusan de violar a cinco niñas de entre 5 y 7 años y de difundir las grabaciones por Internet. A todas ellas las conocía. Eran hijas de sus mejores amigos, quienes le acogían en su casa cuando, supuestamente, discutía con su mujer.
El inspector Israel Díaz, jefe de la Brigada de Seguridad Informática de la Unidad de Investigación Tecnológica de la Policía, admite el alivio que ha supuesto esta detención para los suyos. Ha sido una investigación contrarreloj, que ha culminado en apenas 72 horas. Consideran que es uno de los pedófilos más activos en España.
Las pesquisas arrancaron cuando la Policía australiana volcó en una base de datos internacional gestionada por INTERPOL unos vídeos especialmente duros. Los habían encontrado en chats clandestinos de Internet. En ellos, un adulto abusaba sexualmente de diferentes niñas de corta edad. "Se trata de abusos sexuales cualificados", define el inspector Díaz. O lo que es lo mismo, violaciones hasta los últimos términos.
Cuerpos policiales de todo el mundo estudiaron las imágenes, pero fue la Policía Nacional la que dio con algunos elementos que les hacían sospechar que los delitos se habían cometido en España. Víctimas y violador hablaban en rumano, pero los objetos que aparecían en el vídeo remitían a nuestro país. Los investigadores pusieron en marcha toda la maquinaria para dar con el abusador en el menor periodo de tiempo posible.
Estrechando el cerco
¿Cómo dar con él? La labor de los agentes fue minuciosa, estrechando el cerco gracias a algunas pistas que iban encontrando. Su primera labor fue elaborar una lista de los municipios en los que había una mayor proporción de ciudadanos de origen rumano. La imagen de un toldo en una de las escenas puso el foco sobre una localidad del sur madrileño.
El escenario ya estaba localizado. Ahora había que dar con el sospechoso. ¿Cómo? Los agentes observaron que el violador tenía manos hoscas, con lesiones muy características, y consideraron la posibilidad de que se tratase de un mecánico. Así, elaboraron una relación de los vecinos de este municipio de nacionalidad rumana que se desempeñasen en alguno de sus talleres.
Pero en el vídeo, además, se apreciaba un detalle inconfundible: un tatuaje en un brazo. Los agentes lo iban teniendo cada vez más claro. Un trabajador de un taller reunía todas las condiciones. Lo siguieron hasta su casa y certificaron que algunos de los lugares por los que pasaban aparecían también en los vídeos.
Detuvieron al individuo a la mañana siguiente, cuando salía de su vivienda para volver al trabajo. En su casa se le intervinieron varias microcámaras y un terminal "con un elevadísimo número de archivos de contenido pedófilo".
Así se acercaba a sus víctimas
Una vez detenido, los agentes ataron los cabos. ¿Cómo se acercaba a las niñas? ¿De cuántas abusó? Según apunta el inspector Díaz, el violador aprovechaba la confianza que tenía con algunos de sus amigos para aproximarse a las víctimas, que siempre tenían entre 5 y 7 años. Abusó de cinco. En ocasiones, se colaba con ellas en los baños; otras, simulaba discusiones con su esposa y pedía a sus conocidos dormir en sus casas, donde cometía los delitos.
De forma paralela a la detención, los agentes pusieron en marcha un dispositivo para dar con las víctimas. No les fue difícil dar con ellas: cuatro de ellas vivían en un radio muy cercano, en calles próximas. La quinta vivía en un pueblo próximo. No se hacen públicos los nombres de estas localidades para proteger la identidad de las víctimas. Los progenitores de las niñas las identificaron en los vídeos.
"No es habitual que en tan corto periodo de tiempo resolvamos un caso de esta envergadura", se congratula el inspector Díaz. "No sólo por la detención, sino también por la localización de sus víctimas. Quién sabe lo que podría haber ocurrido de haber seguido en libertad".