La maquinaria se activa ante el 1-O y las escuelas catalanas volverán a convertirse en escenario de los actos convocados desde los sectores independentistas. La premisa es clara: hacer frente a la Policía con técnicas de no violencia. Los CDR imparten talleres sobre cómo se debe hacer frente a las autoridades, pero entre ellos circulan convocatorias a encuentros que aparecen ilustradas con urnas llenas de sangre, con un votante malherido en referencia a las cargas policiales de hace un año.
Aquellos llamamientos a un otoño caliente en 2017 -con imágenes de carreteras cortadas y contenedores incendiados- han quedado atrás. Al menos, de momento. Ha habido una autocrítica en el seno interno de los llamados Comités de Defensa de la República (CDR), que no quieren mostrar una imagen violenta del independentismo ante la comunidad internacional.
Por eso las convocatorias se centran ahora en actos revestidos de proclamas pacifistas. Su intención pasa por elevar a las escuelas catalanas, las mismas en las que se produjo el referéndum del pasado 1 de octubre, en símbolos de la independencia.
Los colegios se convertirán en los lugares en los que se producirán la mayoría de los actos, que van desde comidas improvisadas hasta comidas familiares. Casi todos ellos se celebrarán en el exterior de los centros, para no poner a su personal educativo en una situación incómoda.
Los actos convocados
Los actos están convocados por la Plataforma 1 de octubre, en la que están adheridas 40 asociaciones o sindicatos. Fuentes de seguridad consultadas por EL ESPAÑOL destacan el peso que los CDR han tenido en la organización de estos eventos con motivo del primer aniversario del referéndum ilegal, un proceso que culminó con la aplicación del artículo 155 sobre la Administración catalana.
Desde esta plataforma se han proyectado actos en municipios de las cuatro provincias catalanas. Los carteles en los que se llama a las movilizaciones apuntan a recaudar fondos para la llamada caja de resistencia, con la que se recaudan fondos para pagar fianzas de políticos en procesos judiciales, entre otros. También se llama a hacer acampadas y a llevar todas las grabaciones de las que se disponga sobre el 1-O, para proyectarlas. Los niños también están invitados a estos actos "familiares".
En ellos se reivindicará la instauración de una república independiente de Cataluña. También se recordará a las "víctimas" de los "abusos policiales". Algunos de los carteles difundidos recogen una ilustración de las urnas del referéndum o de las papeletas manchadas de sangre.
Calientan el 1 de octubre, pero quieren evitar las acciones que les relacionen con una conducta violenta. En definitiva, lejos de aquellos audios en los que se animaba "acciones más heavys" y pasar "todo el día pegando fuego", que terminaron con la detención de una de los líderes de los CDR.