"Lo que nos dijeron de palabra no se corresponde con los compromisos que nos han pasado por escrito, así que nuestra posición es de no a los presupuestos de Pedro Sánchez". Del optimismo que traslucía Pablo Iglesias el viernes pasado al inicio del Consejo Ciudadano Estatal -"nunca Podemos ha tenido esta influencia en las políticas, lo estamos aprovechando"- a las palabras de Pablo Echenique en la mañana de este lunes han pasado sólo tres días y un pendulazo de posición en el partido morado.
El secretario de Organización lo niega. "Son ellos los que nos han decepcionado, nosotros seguimos en el mismo sitio", ha afirmado con dureza a la salida de la reunión del consejo de coordinación de Podemos. Echenique, Noelia Vera y Ione Belarra después han atendido a la prensa en una mañana sacudida en la formación por la dimisión de Lorena Ruiz Huerta como portavoz del partido en la Asamblea de Madrid, pero han centrado su mensaje en el tres palabras: "Decepción", "sorpresa" y, sobre todo, "maquillaje".
El partido de Pablo Iglesias quiere centrar sus exigencias a lo largo de esta semana, ya que el lunes que viene, día 15 de octubre, Moncloa debe mandar las líneas maestras de los Presupuestos a Bruselas, en tres puntos muy concretos: "La intervención del mercado de los alquileres, el salario mínimo de 1.000 euros para ya y los pagos a 300.000 personas que tienen reconocida su dependencia y a los que se les están vulnerando los derechos".
Cree el partido morado que son exigencias "necesarias y de sentido común", que "suponen poco gasto para el Estado", mucho retorno "en cotizaciones" y que sin ellas "seguiremos en el no".
Podemos ha aprovechado la negociación presupuestaria para buscar un "acuerdo político" con el Gobierno de Sánchez. Es más, dentro de los 17 puntos que componen su documento base de negociación, al menos cuatro de ellos no tienen que ver directamente con las cuentas públicas, sino con "política públicas". Y por eso, el texto que les ha devuelto el Ministerio de Hacienda este fin de semana les ha resultado tan "insatisfactorio".
"Nosotros estamos siendo flexibles", ha concluido Echenique, "porque en una negociación ya sabemos que no nos pueden dar todo lo que nosotros haríamos si fuéramos Gobierno, pero lo que nos han enviado es muy decepcionante".
El caso es que el Gobierno tiene que contar con los votos de los morados y también con los de partidos mucho más a la derecha, como el PNV y PDeCAT, razón que podría explicar la primera respuesta a su socio principal, tan tardía y tan "lejos de lo que esperaba Unidos Podemos". Pero fuentes oficiales del partido lo han dejado claro: "Una cosa es ser flexibles y hacer concesiones y otra aceptar palabras inconcretas como 'impulsar', 'profundizar'... Queremos compromisos y esto es un maquillaje".