La Guardia Civil ha explotado la mayor operación contra el tráfico de armas en el mercado negro español de los últimos tiempos. Los investigadores han desarticulado una de las tramas más activas en la compra y venta ilegal, interviniendo 322 armas de fuego y 50.000 cartuchos. Parte de sus actividades está vinculada con el narcotráfico y con los delincuentes dedicados al asalto a la propiedad, pero también se ha evitado que las armas se vuelquen en el ámbito de una de las principales amenazas de la seguridad nacional: las células yihadistas.
La operación Golalde ha culminado con la detención de cuatro personas en Gijón, Torrelavega (Cantabria) y Madrid, y la aprehensión del potente arsenal que este miércoles ha sido expuesto por la Guardia Civil ante los medios. 275 armas eran cortas, pistolas y revólveres, que dado su reducido tamaño son las que más demandan los delincuentes. También 12 armas de guerra, como AK-47, subfusiles uzi, pistolas ametralladoras... Pero también se han intervenido un bolígrafo y un bastón pistola, poco usuales en el mercado negro.
La operación del Servicio de Información de la Guardia Civil comenzó al detectar los movimientos de un individuo en un portal especializado de internet, donde vendía un arma de fuego por un alto precio y que aparentemente estaba en uso. Era un vecino de Gijón que frecuentaba círculos de narcotráfico. Se le intervinieron las llamadas e identificaron a otras dos personas, una en Torrelavega (Cantabria) y otra en Madrid con las que hablaba de compra venta de armas.
Se explotó la operación y se encontró en Torrelavega un taller clandestino de armas e incautó armamento en Gijón. Fruto de la colaboración ciudadana se encontró otro trastero en Gijón propiedad de una cuarta persona, donde había otro taller ilegal. Allí se localizaron unos 6.000 cartuchos y muchas armas que, pese a constar como inutilizadas, habían sido rehabilitadas para su uso.
Contactos criminales
Es imposible determinar el número de salidas de armamento que habrían efectuado. Por ahora no se había detectado vínculos con grupos terroristas, si bien los agentes del Servicio de Información destacan que las células yihadistas recurren habitualmente a este tipo de vendedores para adquirir su armamento.
"Las organizaciones yihadistas no tienen canales logísticos para suministrarse de armas y deben recurrir al mercado negro nacional. Tienen la firma determinación, pero muchas veces les faltan los medios", han señalado el capitán Fernando Castellanos, del Servicio de Información de la Guardia Civil, el teniente coronel Juan Luis Merchán y el teniente Juan Luis Aguiar, de la Jefatura de Asturias, en rueda de prensa.
Los trabajos ahora se centran en establecer la trazabilidad y el origen de las armas, puesto que el 98% no estaban registradas en bases de datos españolas. Cabe destacar que entre ellas hay armas de fabricación soviética, israelí, estadounidense, española, armas robadas, armas rehabilitadas... Pero los agentes también deben desarrollar un trabajo de criminalística para determinar si están implicadas en hechos delictivos.
Los cuatro detenidos
A los cuatro detenidos se les imputan delitos de tráfico de armas, depósito de armas de guerra y depósito de municiones. Uno de ellos tenía antecedentes por violencia doméstica, pero los demás tenían un historial limpio. En total se han efectuado 11 registros en domicilios y locales vinculados a la operación.
Los detenidos anunciaban las armas por internet y después utilizaban sistemas de mensajería encriptados. Para dificultar su rastreo, utilizaban lenguaje de mecánica automovilística.