Políticos, jueces, diplomáticos, empresarios... todos ellos influyentes. Sus nombres figurarían en un compendio de fichas conocido con el nombre del 'archivo Jano'; un análisis pormenorizado con sus datos personales, localizaciones y vulnerabilidades elaborado por los servicios de inteligencia españoles. Al menos, esos son los extremos que defiende el excomisario José Manuel Villarejo en su carta abierta al presidente Pedro Sánchez.
Dice que están en su poder y amenaza con airearlo. Lo hace, cuenta, debido a su "situación personal y familiar bordeando la desesperación": lleva en prisión desde noviembre de 2017. Pero, ¿hasta qué punto son ciertas las advertencias del ex policía? ¿Existe de verdad ese archivo? Fuentes de seguridad consultadas por EL ESPAÑOL matizan la afirmación, si es que no la ponen en duda. Afirman que sí existe una lista de personalidades relevantes para localizarlas en caso de crisis o catástrofe; en ningún caso admiten que se incluyan sus trapos sucios.
José Manuel Villarejo habla en su carta de "un millón de fichas individuales con datos personales y privados de vicios y virtudes de las personalidades más relevantes". Entienda el lector que, de ahora en adelante, los hechos descritos corresponden a la visión que mantienen desde ciertas esferas sobre el 'archivo Jano'.
El recorrido desde Franco
De acuerdo a esta tesis, el Servicio Central de Documentación (SECED), el servicio de inteligencia creado desde el franquismo en 1972, habrían iniciado una ardua labor de recopilación de datos de autoridades. No sólo sus nombres, cargos y direcciones; también una lista de manchas en su trayectoria, profesional o personal, con las que sería posible para torcer voluntades. Lo que empezó siendo una labor sobre individuos concretos, habría terminado masificándose en un archivo extensísimo con miles de fichas.
1977. Con la caída del franquismo, las estructuras se renuevan. También las de Inteligencia. No tiene sentido mantener un Servicio Central de Documentación y se crea el Centro Superior de Información de la Defensa (CESID). Siguiendo siempre esta teoría, los nuevos servicios heredaron los archivos y los mantuvieron ocultos. Y también alimentando con más y más fichas. Lo mismo habría ocurrido con el paso del CESID al Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Y, año tras año, el archivo habría ido engordando.
Hasta nuestros días.
El factor Corinna
Pero esos archivos no habrían envejecido bien con el paso de los años. Porque su máxima inquebrantable, la confidencialidad, se habría resquebrajado. El entorno de Villarejo sostiene que Juan Carlos I habría entregado una copia del 'archivo Jano' a la empresaria de origen danés Corinna zu Sayn-Wittgenstein. Según afirman, el rey emérito le habría dado vía libre para utilizarlo en su defensa en el caso de que algo le ocurriese. La estrecha relación entre el monarca y la empresaria, no obstante, terminó por romperse.
Como publicó EL ESPAÑOL, Corinna y Villarejo se reunieron tras estos hechos en un encuentro propiciado por el empresario Juan Villalonga. En ellos hablaron de los movimientos de Juan Carlos I, de varias autoridades y también del CNI, dirigido por el general Félix Sanz Roldán.
El entorno del excomisario sostiene que el trasfondo de esa reunión es, precisamente, el 'archivo Jano'. Volvamos de nuevo a la carta que Villarejo ha dirigido este miércoles a Pedro Sánchez: "Conseguí ganarme la confianza de Corinna, presentándome a ella como su aliado y adversario del general Sanz [Roldán, director del CNI] y de todos quienes le hacían sentirse amenazada. Al principio lo conseguí, pero a pesar de todos los intentos, no pude culminar mi misión. El General debió de sentirse traicionado y ahí comenzó mi infierno y el de mi familia".
¿Existe el archivo?
Fuentes de seguridad consultadas por EL ESPAÑOL ponen en duda la existencia de un archivo de esta envergadura. Sugieren que podría haber una lista de autoridades destacadas de diferentes ámbitos -económico, político, diplomático, social, científico...- para facilitar su localización en caso de crisis o catástrofe. Recordemos que la amenaza terrorista, entre otras, se ha cernido durante décadas en nuestro país, ahora bajo la bandera yihadista.
Estas fuentes, no obstante, niegan que haya un archivo con "casi un millón de fichas" con los trapos sucios de las personalidades.
Las mismas voces no ponen en duda que Villarejo maneje información relevante y oculta, tales como grabaciones (las últimas filtraciones eran sus conversaciones con la ministra de Justicia, Dolores Delgado, y con la ex ministra María Dolores de Cospedal) o informes. Cantidad ingente, de hecho. La extensión del material es tal que la Audiencia Nacional sigue desencriptando y analizando todos los discos intervenidos al ex policía en su detención. Pero insisten en que no existe ese trabajo de documentación desde hace décadas.
El nombre de 'Jano'
¿Y de dónde vendría el nombre de 'Jano' para denominar a este supuesto archivo, siempre cambiante y en constante actualización? Existen dos versiones. La primera hace referencia al mes en el que se incorporarían las nuevas fichas elaboradas a lo largo del año. Sería en enero, january en inglés. De ahí la denominación.
La otra versión invoca al dios Jano de la mitología griega, guardián de las puertas y representado siempre como un ser bifronte. O lo que es lo mismo; una cara delante y otra detrás. Así es capaz de mirar en todas direcciones y no perder ningún detalle de lo que le rodea.
Esas fuentes de seguridad concluyen con una frase rotunda para referirse al 'archivo Jano': "Un mito para hablar de otro mito".