Se vende Andorra. Razón: Ministerio de Transición Ecológica, Gobierno de Aragón y Endesa. El cierre definitivo de la central térmica ya está marcado en el calendario: junio de 2020. Faltan tan solo 18 meses para que las 4.000 personas que, directa o indirectamente, dependen del carbón se queden sin trabajo en una zona incapaz de absorber un volumen tan alto de desempleados.
La ministra Teresa Ribera visitó el miércoles el corazón de la cuenca minera de Teruel. Los vecinos se organizaron para concienciar al Gobierno de lo que significa el cerrojazo a la central térmica si no se impulsan medidas que garanticen la vida de la comarca. Era su angustioso SOS, la llamada de socorro.
Los afectados se quejan amargamente de los discursos políticos contra la despoblación de Teruel mientras se autoriza el cierre sin alternativas de una planta que aboca al éxodo a una provincia en la que viven ya menos de 140.000 personas.
La víspera de la visita de Ribera, la Asociación de Empresarios de Andorra repartió en hora y media 2.500 carteles amarillos de "Se Vende". Los vecinos empapelaron las ventanas de sus casas y los comercios, con las persianas bajadas, vestían sus escaparates con aquellos anuncios ficticios y crespones negros que simbolizaban el dolor que comparten.
Ese mensaje tan simple y rotundo, el de un pueblo entero en venta, pretendía trasladar a la ministra que el cierre de una única empresa supone la sentencia de muerte a una comarca entera: “He montado una empresa porque quiero vivir en mi pueblo y quiero que mis hijos crezcan aquí”. Es el grito mezclado con el llanto de una emprendedora local que no llega a los 30 años pero que no quiere abandonar su tierra. “Ministra, ¿por qué no te vas tú de tu casa?”, le gritaban.
Ribera cogió a primera hora un AVE Madrid-Zaragoza y desde allí recorrió en coche los 100 kilómetros que faltan hasta el pueblo minero. Teruel es la única capital de provincia sin conexión directa con Madrid, y esta es otra de las reivindicaciones que se ha escuchado esta semana: “¿Qué empresa va a querer invertir en una provincia tan mal comunicada?”.
Los Presupuestos Generales del Estado para 2019 certifican el poco interés que el Ejecutivo tiene en la zona. Por no recoger, las cuentas públicas no recogen ni los 22 millones de euros que se necesitan para la elevación de aguas del Ebro a Andorra, imprescindible para atraer nuevas empresas.
“Andorra no se vende, Andorra se defiende"
Cuando Ribera llegó al municipio, más de 1.000 personas la recibieron en la plaza entre abucheos y fuertes silbidos. “¡Fuera!, ¡fuera!”, se oía. El grito traspasó las ventanas del Ayuntamiento donde la ministra se reunía con los alcaldes de los municipios mineros, representantes sindicales y empresarios locales afectados por el cierre que Endesa comunicó al Gobierno hace dos meses.
“Andorra no se vende, Andorra se defiende”; “queremos elegir dónde vivir”; “ministra, escucha, Andorra está en la lucha”. En primera fila se desgañitaban los chavales más jóvenes que faltaron al instituto con permiso de sus profesores, conscientes de que de aquella reunión dependía el futuro de todos. El sábado anterior también encabezaron una manifestación histórica en la que 6.000 personas clamaban por un futuro digno en su pueblo.
Los 7.500 vecinos del municipio mantenían la ilusión de que si Ribera visitaba la comarca llegaría con anuncios que devolverían la esperanza. El chasco fue aún mayor cuando la responsable de Transición Ecológica dijo allí mismo que no tenía “una varita mágica” para solucionar un futuro que pinta tan negro como el carbón que se acaba.
Ribera solo llevó bolígrafo y papel para apuntar las propuestas de los agentes sociales, empresariales y políticos de la zona. Lo que queda por delante, es, según la ministra, “un trabajo común”, aunque se fue sin marcar en el calendario la próxima reunión. La comisionada nacional para el Reto Demográfico, Isaura Leal, se limitó a escoltar en silencio a la ministra en la que ya es su visita más incómoda desde que llegó al Gobierno.
Tanto el Ejecutivo como Endesa justifican el cierre de la central por la normativa europea que hay que cumplir, pero hasta la fecha, ni la empresa ni el departamento de Ribera han trazado un plan que haga efectiva la reconversión ejemplar de la que habla el Ministerio.
Desde la compañía expresan que no se trata de un “cierre sin alternativas” de la planta. Endesa apunta que ha comprometido en la zona una inversión de más 800 millones de euros en instalaciones renovables de 1.000 MW, amén de otras medidas complementarias "no precisamente menores".
Cinco empresas en el aire
Tan solo el presidente de Aragón consiguió calmar a los andorranos, que culpan de la situación a los políticos de todos los colores que durante años no han logrado ofrecer alternativas a una central de la que depende el 40% del PIB de la zona.
Pese a las medidas de seguridad desplegadas, Javier Lambán rompió el protocolo y recorrió medio pueblo a pie antes de reunirse con la ministra. “Ha llegado el lobo y no habéis hecho nada”, le increpaba una vecina. “Tenéis mi palabra, os voy a ayudar. Confiad en mí dos meses más”, replicó a modo de súplica. Minutos después anunció que tenía casi cerrada la llegada de hasta cinco empresas que podrían dar 500 puestos de trabajo en la zona.
A mitad de diciembre, Endesa informó al Gobierno de Pedro Sánchez que cerraría dentro de año y medio la Central Térmica de Andorra, una instalación que se alimenta de carbón. Caía la primera ficha del dominó. Tan solo un mes después, Endesa comunicaba a Samca que tenía carbón de sobra para mantener en pie la Central hasta su clausura. La empresa, propietaria de las minas de carbón de Ariño y Foz Calanda, anunciaba su cierre de actividad sobre la marcha. Endesa pagará 3,5 millones de euros para que la compañía invierta en proyectos que se traduzcan en empleo. La empresa se ha comprometido a no dejar a nadie en la calle.
La compañía energética insiste en que "nadie más ha hecho propuestas concretas" y, sobre todo, en que "nadie en Aragón parece dispuesto a reconocer que Endesa es la única que sí lo ha hecho".
“Vino a darnos la extramaunción”
Las Cortes de Aragón celebraron de forma urgente una comisión especial para tratar de esbozar un plan de reconversión que garantice el futuro de la provincia. Un día después de la visita de Ribera desfilaron por la Cámara miembros de sindicatos y empresarios de la zona, que coincidieron en que hay que pensar en soluciones inmediatas.
“Parece que la ministra vino a darnos la extremaunción”, dijo el presidente de Cepyme Teruel, Juan Ciércoles. Hilario Mombiela, presidente del Comité de Empresa de la Central, adelantó la fecha de defunción del pueblo: “Hay carbón para 80 días. El cierre de la Central será en Semana Santa, no en junio de 2020”. Pedro Miñana, portavoz de la Plataforma de las Subcontratas y el Futuro de la Comarca, pronosticó que “Aragón serán Zaragoza y Huesca, porque allí sí que llegan proyectos”.
El presidente de la Asociación Empresarial Andorra Sierra de Arcos y Bajo Martín, Roberto Miguel, planteó poner en marcha en Andorra una “oficina de reactivación industrial” para que canalice todas las propuestas que lleguen, y pidió un paquete de medidas que beneficien a aquellos empresarios que opten por instalarse en la zona. Miguel habló de medidas fiscales como desgravaciones en el IRPF, reducciones del IVA, del impuesto de transmisiones patrimoniales y cotizaciones sociales.
En la primera jornada de esta comisión, la alcaldesa de Andorra, Sofía Ciércoles, puso cifras al desastre: 2,2 de los 7 millones de euros anuales que ingresa el Ayuntamiento los paga Endesa. Si el consistorio deja de ingresar uno de cada tres euros al año, vaticinó que difícilmente se podrán mantener en plantilla los 140 trabajadores municipales y los servicios del municipio.
Antes de emprender la vuelta a Madrid, Ciércoles regaló a Teresa Ribera una réplica del monumento del labrador y del minero, la escultura que viste la plaza del pueblo y que simboliza la historia de un municipio intrínsecamente ligado a la ganadería y a la minería. “Representa nuestro pasado y nuestro presente. Queremos que siga siendo también nuestro futuro”. Fue otra manera de hacerle entender a la ministra que, ahora, el futuro de esta cuenca minera y de toda la provincia de Teruel está literalmente en sus manos.
El libro de honor del Ayuntamiento recoge el compromiso que firmó la ministra: “Con mucha emoción y compromiso vengo a Andorra a escuchar con humildad y contribuir a construir un futuro para su gente”.