Un milagro español en Somalia: el Ejército adiestra a tribus enemigas en una misma unidad
Yihadismo, piratería y guerra estallan en la misión que 13 militares españoles despliegan en Mogadiscio: "La meta está lejos, pero no es imposible".
3 febrero, 2019 02:28Noticias relacionadas
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Son 13 en un país que sobrevive entre estertores. Somalia se desangra en una competición cruel, en la que los yihadistas no dejan de poner muertos encima de la mesa. Los viejos conflictos, además, no encuentran un punto final. Y en el mar, los piratas permanecen al acecho para volver a secuestrar, a asesinar. Pero los militares españoles, los 13 de Mogadiscio, hablan de “esperanza”. Ellos lo saben de primera mano: han logrado adiestrar en una misma unidad a soldados somalíes de clanes enfrentados. Demuestran que la reconciliación es capaz de abrirse camino entre la brutalidad: “La meta está lejos… pero no es imposible de alcanzar”.
Quien habla así es el capitán Alberto Moratinos, instructor de unidades militares somalíes. Es uno de los cuatro efectivos del Ejército entrevistados por EL ESPAÑOL, incluido el coronel José Ignacio Robles Saez, jefe de este contingente de 13 efectivos. Describen un escenario duro y devastado tras décadas de guerra. Sí, es un tópico hablar de la película Black Hawk, derribado para definir Somalia. Pero sus escenas reflejan las embestidas que ha sufrido su población. A ellas habría que añadir, además, el terrorismo yihadista y la piratería. Una pesadilla tan salvaje como real.
Pero no “hay lugar al desánimo” en la misión EUTM Somalia en la que están encuadradas las Fuerzas Armadas españolas, de adiestramiento y asesoramiento a las instituciones somalíes. Así lo afirma el capitán Moratinos: “Cada aprendizaje, cada valor militar o cada principio de sociedad que el soldado asimila y aplica es un éxito para nuestra misión”. Si existe un pequeño milagro español en Somalia es, en buena medida, gracias a su esfuerzo. Por sus manos pasan los jóvenes reclutas, unos chicos de apenas 18-23 años sin instrucción que deben convertirse en soldados dispuestos a defender la seguridad de su país.
“Durante los 4 meses que dura nuestro ciclo de adiestramiento se refuerzan los conocimientos y capacidades de los alumnos y, aún más importante, se busca afianzar la cohesión de la compañía, creando lazos de unión entre ellos, y que se sustentan en la disciplina, la lealtad, el compañerismo o la amistad”, define el capitán español.
“Unión”. Pone el empeño en ese término, a sabiendas que muchos de los efectivos mantienen guerras de clanes entre sí. Hasta allí llegan miembros de los Daros, los Dir, los Hawiye, los Isaaq y los Rahanweyn, de tradición nómada. También Digil y Mirifle, sedentarios. Y cada uno de ellos, subdivididos en cientos de ramas, de familias.
Los que antes se disparaban, ahora combaten codo con codo. 20 semanas de adiestramiento en las que se crean “vínculos muy cercanos”, también con los militares españoles. Labores que se desarrollan en el General Dhagabadan Training Centre (GDTC), en los límites de la capital, Mogadiscio.
Un aprendizaje mutuo, sostiene el capitán Moratinos. Porque de ellos también se capta la “gratitud”, pese a los zarpazos de la guerra: “Todos los soldados somalíes con los que tratamos no han conocido una Somalia fuera de conflicto, para ellos no hay más realidad que la de los atentados y asesinatos diarios a manos de los terroristas de Al Shabaab”.
El himno somalí como punto de unión
El teniente coronel Carlos Javier Guarnizo García es jefe del equipo de adiestramiento. Por supuesto habla de cifras, de los 6.259 soldados somalíes adiestrados por EUTM Somalia desde 2010; de la evolución de una misión que ahora da sus frutos: “España es el único Estado miembro -junto a Italia, Finlandia y Suecia, actualmente- que ha participado en todas las misiones y operaciones de la UE desde 2003”.
Pero, ¿cómo es la convivencia entre soldados que ayer eran enemigos y hoy combaten bajo una misma bandera? “Las compañías de infantería que instruimos son formadas y seleccionadas por el propio Ejército somalí. EUTM-S ha insistido en la necesidad de que haya representación de distintas regiones y clanes en cada una de estas unidades”, detalla el teniente coronel. Habla de “trabajo diario”, del “ejemplo” que brindan los instructores de la Unión Europea, remando en el mismo barco pese a proceder de diferentes países.
El teniente coronel Guarnizo prosigue con su relato: “Todos los días se canta el himno nacional somalí al inicio y fin de las actividades, como forma de cohesión y manifestación de su compromiso. En todos estos años, no se ha producido ningún enfrentamiento o disputa entre soldados por razón de clan y nuestros instructores están siempre muy alerta para atajar cualquier controversia o disputa entre los soldados, sea cual sea el motivo”.
"Escasos medios contra Al Shabaab"
Pero el adiestramiento no es nada si no existen los mimbres necesarios para sostener al Ejército. Ese milagro español es capaz gracias a la creación de unas estructuras de Defensa. El comandante Pedro Carramolino Arranz apunta a la redacción de leyes relacionadas con defensa nacional o del código de conducta de militares somalíes. También a la puesta en marcha de estructuras de mando. Todo ello es posible con el asesoramiento del contingente español.
“Aquí trabajamos juntos representantes de EUTM, Estados Unidos, Reino Unido y Turquía. Nosotros asesoramos, pero obviamente son ellos –autoridades civiles y militares somalíes– quienes toman las decisiones para organizar sus Fuerzas Armadas y mejorar su operatividad”, detalla el comandante Carramolino en conversación con este diario.
Según explica, el Ejército somalí se centra en luchar, “con los escasos medios con los que cuenta, contra Al Shabaab”. Recordemos que los yihadistas perpetraron el mayor atentado terrorista en Mogadiscio en octubre de 2017, asesinado a casi 600 personas mediante camión bomba.
"Misión fundamental para España"
Pero, si queremos una visión de conjunto, tenemos que hablar con el coronel José Ignacio Robles Saez, jefe de Estado Mayor de la misión. Sobre sus hombros recae la responsabilidad de prolongar ese milagro español. Y ampliarlo en la medida de lo posible. “Somalia necesita un aparato del estado sólido y fiable. Su Constitución es provisional. Tras decenios de guerras civiles, el cuerpo legislativo anterior al conflicto necesita ser recuperado y actualizado”.
6.500 kilómetros separan las capitales de España y Somalia -Madrid y Mogadiscio- a vuelo de pájaro. Pero, para España, es una “misión fundamental”. Porque “la seguridad de la región del Cuerno de África ejerce una influencia directa en la del Sahel y otras regiones próximas a nuestro país”; también porque “EUTM Somalia está directamente relacionada con la misión Atalanta”, en aguas del Índico. Una zona históricamente infestada de piratas y que ha producido graves problemas para navíos españoles. Véase el secuestro del pesquero Alakrana, entre otros.
La locura yihadista ha llevado a Al Shabaab y Estado Islámico, grupos predominantes en la región, a enfrentarse entre sí. La guerra se alimenta al tiempo que arremete contra una población hastiada. Mientras, los 13 de Mogadiscio se emplean en alumbrar nuevas unidades que dejen atrás sus viejas rencillas.
Somalia sobrevive entre estertores, pero sobrevive. Y aspira a encontrar una estabilidad de la que pocas generaciones han oído hablar.