Entre los colaboradores de Pedro Sánchez, el razonamiento es el rotundo. Si el PSOE aprovecha el momento y convoca ya las elecciones, volverá a ser el primer partido en España con posibilidades de articular una mayoría en la investidura. Estos son los argumentos que sostienen varios de los máximos asesores del presidente del Gobierno, tanto en el Consejo de Ministros como en el grupo parlamentario y su equipo más cercano:
El PP ya no volverá a ser el que fue y la caída, incluso en el mejor de los casos para Pablo Casado, será pronunciada porque es desde muy arriba: el 33% de los votos y 134 escaños. "Les va a sobrar un quesito en la bancada", explica con sorna comparando el hemiciclo del Congreso de los Diputados con el Trivial, un juego de mesa. En el PSOE creen que el PP puede ser un duro competidor por la primera plaza, pero que su tendencia es a la baja por la dura competencia por el electorado en el centroderecha. Mientras, la del PSOE es al alza tras haber saldado su propia pugna en el centroizquierda. Vox hará el resto gracias al endurecimiento de las tesis ideológicas del PP con la llegada del PP, creen los socialistas. Así lo resumió el martes la ministra de Hacienda, María Jesús Montero en el debate de Presupuestos con Casado: "Cuanto más se arrima usted a Vox, más votos le arrima usted a Vox".
Unidos Podemos no tiene tiempo para levantar cabeza, creen en el PSOE. Está atenazado tanto por su división interna, cuyo máximo exponente es el duelo entre Pablo Iglesias e Íñigo Errejón (una crisis aún sin cerrar), como por otros elementos. Entre ellos están el desprestigio de Iglesias como líder, en cuya imagen pesan como una losa algunas de sus actitudes políticas y decisiones personales, como la compra de su nueva residencia. Pero hay más: ya nadie cree en el sorpasso al PSOE, algo que desmovilizará a parte de su votante, tendente a la abstención. Cuatro años después, la llama de la indignación no arde tan intensamente. En Moncloa creen que Podemos ha cavado su propia tumba y que Iglesias sólo aspira a ser el líder de un partido que recuerde a la mejor Izquierda Unida en tiempos de Julio Anguita, por otra parte un referente para el líder morado. En Moncloa creen que, si Sánchez convoca pronto, no tendrá tiempo para recomponerse ni con una buena campaña.
Ciudadanos es el gran caballo de batalla en Moncloa y el PSOE espera canibalizar su base electoral a medias con Vox. Rivera ha sido el centro de una estrategia de desprestigio diseñada por los asesores de Sánchez, entre los que se encuentra su jefe de gabinete, Iván Redondo. En Moncloa creen que el líder naranja ha ayudado en esa estrategia al tratar de competir con Casado hasta el punto de que un líder ha actuado como eco del otro en numerosas ocasiones. El PSOE enmarcó a Rivera primero en la derecha junto a Casado para quitarle la imagen de partido transversal. Desde las elecciones andaluzas, lo sitúa en la extrema derecha como rehén de Vox, quien hizo posible el pacto de gobierno en la Junta. La foto de Casado, Rivera y Santiago Abascal el pasado domingo en la manifestación de Madrid es el colofón. El PSOE va a por los votantes moderados que se fueron a Ciudadanos al tiempo que creen que los más ideologizados se irán a Vox.
Vox dividirá a la derecha y dará su gran oportunidad al PSOE, confían en Moncloa. Los asesores de Sánchez, con Redondo en cabeza, identificaron antes que nadie las posibilidades que el partido liderado por Santiago Abascal ofrecía al PSOE y no dudaron en tratar de explotarlas. Genera un problema de discurso al PP y, por asociación, hace perder a Ciudadanos el espacio de la moderación. Pero, sobre todo, le quita votos a ambos al tiempo que moviliza al electorado de izquierdas. Teniendo en cuenta la tendencia a la baja de Podemos, para el PSOE son todo ventajas electoralmente. Sánchez no ha parado de advertir contra Vox, según algunos socialistas contribuyendo a su consolidación al ponerlo en el mapa y legitimarlo como oponente. Vox no sólo se llevará muchos escaños sino que su irrupción hará que la ley electoral deje a los tres partidos de centroderecha sin la posibilidad de lograr más diputados por la cantidad de votos que se perderán.
"Al PP no le interesan aún las elecciones con Vox en su punto álgido. A Ciudadanos tampoco porque no le da tiempo a despegarse de Rivera y Casado y articular su discurso de centro, que ya parece olvidado. Podemos está desinflado... ¡por eso le interesan las elecciones al PSOE!", resume un parlamentario socialista con gran experiencia en campañas electorales.
"Lo que está claro es que vamos a ser primera fuerza. Vamos a ganar, está al alcance de nuestra mano. Y eso te da una legitimidad muy grande. Y al día siguiente, ya se verá", explica un ministro sobre los pactos de cara a una investidura.
Las posibilidades del PSOE tras las elecciones
Es en esa parte donde más flojean los análisis de los gurús socialistas. Las encuestas pueden avalar, en general, la posibilidad de que el PSOE sea la primera fuerza siempre que haya una movilización adecuada de sus votantes y operen dos elementos más: un mordisco al electorado de Ciudadanos y el voto útil proveniente de Podemos. Pero serían primera fuerza en el nuevo escenario político, con un porcentaje de voto en torno al 26 o 28% de los votos. Ahora, el PSOE está en el 22% y el PP en el 33%.
Sin embargo, hasta ahora, una mayoría de sondeos apunta a que la suma de PP, Ciudadanos y Vox superará la mayoría absoluta, fijada en 176 escaños. La más reciente, publicada este miércoles por eldiario.es, tampoco es una excepción y le otorga entre 176 y 185 escaños.
El fantasma de Andalucía recorre el PSOE, pero (ironías de la vida) Sánchez ve en Susana Díaz el sacrificio necesario para que él siga en la Moncloa. Su caída, según han repetido hasta la saciedad los dirigentes del PSOE, se debe a muchos factores de los que la expresidenta es responsable y que no se darán en el conjunto de España. Pero, sobre todo, su marcha de la Junta y la llegada de PP y Ciudadanos gracias a los 12 escaños de Vox supone toda una llamada de atención al electorado de izquierdas. Y, en paralelo, el PSOE ha comenzado a virar y comienza su paulatino endurecimiento retórico contra el independentismo que tanto daño hace en el caladero de votos andaluz.
"Antes de las andaluzas nadie podía imaginar en la izquierda un escenario así, pero después los nuestros se lo pensarán dos veces porque ya creen que es posible en España", resume una fuente cercana al presidente. Ese pensamiento ha sido expresado en múltiples ocasiones en privado por el propio Sánchez.
O pacto con Cs o reeditar la moción de censura
¿Cuáles son las posibilidades de Sánchez para el día después? En Moncloa dan por hecho que, si PP, Ciudadanos y Vox suman, no hay partida que jugar. Game over. Si no, las opciones son básicamente dos: intentar un pacto con Ciudadanos, en caso de que den los números, o bien reeditar la mayoría de la moción de censura confiando en que, de nuevo, poner a los independentistas entre la espada y la pared no les dejará otra alternativa que investir de nuevo a Sánchez. Eso sí, si las elecciones son un mes antes de las municipales, autonómicas y europeas, como parece, esa posibilidad podría envenenar a los barones del PSOE críticos con el independentismo.
Expertos en demoscopia al margen de Ferraz explican a EL ESPAÑOL que, en este momento, el PSOE está más movilizado que nunca. Probablemente se encuentre en su punto máximo. Lo mismo le ocurre a Vox, que podría estar por delante incluso de Unidos Podemos en intención de voto, disputándose con Ciudadanos la tercera posición. "Estamos en un escenario muy volátil y coyuntural y lo lógico es que Vox baje un poco en cuanto comience la campaña, pero tampoco es muy probable que el PSOE vaya a más". De ahí la prisa entre en Moncloa por convocar elecciones y aprovechar el momento.
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