Santiago Abascal ha encontrado en los medios de comunicación su chivo expiatorio, como Trump ha hecho del señalamiento del periodista una forma de vida y de gobierno. Bajo esa consigna puede entenderse su calculada reaparición en la precampaña. Si el viernes el líder de Vox se dejaba caer en la presentación del cartel de San Isidro, pasadas las doce del medio día del sábado dedicaba su mitin en Ciudad Real a criticar la influencia de los medios de comunicación "manipuladores" como el enemigo a combatir. El líder de Vox ha atacado a los dos extremos que considera sus enemigos: a los "cobardes de la derecha" y, sobre todo y con un énfasis inaudito, a los informadores "que han impuesto un ambiente opresivo" y que "dicen lo que hay que pensar".
Más allá de críticas a la clase política en conjunto -como en la doctrina 'podemita' de "o con nosotros o con "la casta"-, la estudiada reaparición de Santiago Abascal en el auditorio Luis Arroyo de la ciudad manchega ha estado monopolizada por las referencias continuadas a los medios de comunicación en lo que el político vasco entiende que es "una manipulación sin vergüenza" que, bajo su argumento, emprende "una cacería" multimedia contra sus candidatos.
Como Pablo Iglesias
Quizá sea el inconsciente o las concomitancias entre los populismos extremos, o una suma de ambos factores, pero al de Llodio no le han dolido prendas para compararse con Pablo Iglesias: "Soy como el marqués de Galapagar. No les gusto a los medios", ha admitido entre las risas de la concurrencia que minutos antes abucheaba a Ana Pastor o Ferreras cuando iban desfilando en un video 'motivacional'.
El palo y el cenicero
Tal ha sido el protagonismo del llamado 'cuarto poder' en la intervención de Abascal que ha avisado, mirando al infinito, de que si "un medio ataca, será contestado". Para ilustrar la supuesta inquina que el entorno comunicativo le profesa a su partido, ha puesto el ejemplo del revuelo causado por su apoyo a la tenencia de armas: "Os han dicho que queríamos traer el Salvaje Oeste. No se puede ser mas blandito, Casado. Si los españoles son asaltados tienen derecho a defenderse y no a esperar a que llegue la Policía". Porque, ha ironizado, si no es con armas, "con qué se van a defender... ¿con un palo?, ¿con el cenicero?".
Voto útil
En el plano meramente electoral, Abascal se ha vanagloriado de que incluso en pequeñas provincias están "por delante del PP" en referencia a la petición de Pablo Casado de que Vox se retirara de las circunscripciones donde la formación derechista podría no obtener escaño alguno en beneficio de Sánchez. Su razón: que el "voto útil" es para "los inútiles".
Tampoco ha pasado por alto referencias guerracivilistas al "frente popular" de las izquierdas que permite y consiente un "Estado de las Autonomías" que "ha robado libertad a los españoles" y que es, en esencia, "liberticida". De similar manera ha despachado el asunto de la memoria histórica: "La única doctrina de Vox sobre la memoria histórica, además de derogarla, es la libertad".
El agro
El acto de Abascal, con la masiva asistencia de más de mil simpatizantes, deja otra lectura. Acaso porque el emplazamiento del mitin, anexo al Instituto de Recursos Cinegéticos, no era casual en esta lucha de los partidos por el favor del voto de la llamada España vacía y del mundo de la caza.
En el plano de la autojustificación, el presidente de Vox, bajando el tono de voz y la cadencia oratoria, ha confesado que su partido "defiende cosas normales" y sobre todo, al "mundo rural" y a las tradiciones.
Tampoco Cataluña, que debería, ha ocupado gran parte de una intervención no leída. Para Abascal "los enemigos de España tienen que estar en la ilegalidad y esos partidos no pueden ser aceptados".
Y antes del himno nacional a una sola vuelta y de las fotografías de rigor con los voluntarios, un 'mensajito' al "licenciado Pedro Sanchez": "me quieren más que a ti".
A la salida, una decena de antisistemas le daban la 'bienvenida' cuando Abascal ya dejaba Ciudad Real. "Abascal, a fregar", chillaba. La Policía Nacional ponía orden bajo el sol manchego y las dos Españas.