Soraya Rodríguez no sabe quiénes son los suyos, pero sí sabe quiénes nunca lo serán. La exdiputada socialista fue presentada este martes como flamante fichaje y número tres a las elecciones europeas por Ciudadanos en un acto junto a Albert Rivera, el presidente del partido, y Luis Garicano, el cabeza de cartel.
En un formato de coloquio, Rodríguez explicó que el independentismo catalán comparte aliados y estrategias con los populismos que ganan posiciones en otros países vecinos y que todos ellos constituyen una amenaza para Europa. Esa amenaza, unida a la concepción del Estado y el diálogo con los independentistas del PSOE, es la que le ha llevado a cambiar de color político. Rodríguez, que un día fue oficial del PSOE, abandona el barco por sus desavenencias con el rumbo que ha fijado el capitán, Pedro Sánchez, que según ella llevará al partido en el que milita desde los 18 años a chocar con un devastador iceberg.
Rodríguez, tras toda una vida ligada al PSOE y diputada socialista hasta el pasado 5 de marzo, concurre como independiente. Su marcha del PSOE, causando baja como militante, produjo un auténtico estupor interno. No porque no fueran conocidas las discrepancias de Rodríguez con la línea oficial, marcada por Sánchez, sino porque había ocupado numerosas responsabilidades con el partido al que ahora se enfrentará en las urnas, entre ellas las de secretaria de Estado de Cooperación Internacional (2008-2011) y portavoz en el Congreso en los dos años de Alfredo Pérez Rubalcaba. Muchos la tachan en privado como una oportunista cuando no una tránsfuga en busca de cinco años de estabilidad laboral bien remunerada.
"Creo sinceramente que es el momento de abandonar las trincheras ideológicas para ser capaces de construir esta Europa con lo mejor de cada una de ellas, como hicieron los padres fundadores", justificó. "Por encima de diferencias políticas en distintas cosas, los que tenemos el mismo concepto de nación debemos trabajar juntos. Yo no creo en un Estado plurinacional", dijo Rodríguez en su presentación naranja.
Sus frases eran dardos en toda regla para Sánchez, que defendió la plurinacionalidad en el programa que lo hizo líder del PSOE. "Los demócratas, los constitucionalistas y los europeístas, tenemos la misma batalla", tanto en Europa como en España, según ella.
La democracia en peligro
La democracia está en peligro. "Nada es irreversible. Ni el proceso de construcción europeo ni, indudablemente tampoco, el mantenimiento de la democracia y el modelo de país en el que hemos crecido y por el que hemos trabajado", advirtió.
Rodríguez fue una de las voces más críticas contra el "relator", la figura de mediación que el Gobierno ofreció a la Generalitat para una nueva mesa de partidos que debatiese el futuro de Cataluña. Las negociaciones descarrilaron, llevándose por delante los Presupuestos y haciendo naufragar la legislatura.
Rodríguez decidió entonces saltar del barco porque ya no reconoce a los demás marineros como sus compañeros. A sus próximos aseguró no entender cómo el PSOE ha podido cambiar tanto en tan poco tiempo. Para empezar, por un diálogo con los partidos independentistas que cree contrario al ADN socialista. Por otra, por la nueva organización interna del partido, en la que Sánchez tiene todo el poder y los órganos intermedios se han debilitado, dejando de servir como contrapeso.
Rodríguez protestó en varias ocasiones en el seno de su partido y en el grupo parlamentario. Se significó en las primarias al apoyar a Susana Díaz por el liderazgo y nunca se calló sus opiniones sobre el rumbo del PSOE. En la dirección la daban por amortizada. Todos sabían, incluso ella, que no repetiría. Por eso muchos se preguntan hasta qué punto su salto a Ciudadanos responde a una convicción profunda. "Si tanto le preocupasen los independentistas, se hubiera ido en la moción de censura o antes de que acabase la legislatura", explica uno de los que ahora será su adversario.
"Esta es tu casa", le dijo Rivera al recibirla. En la estrategia de Ciudadanos, Rodríguez es un punto de inflexión. Se trata de la incorporación de más peso y trayectoria dentro del partido y devuelve a la formación naranja ese carácter de centralidad y apertura a personas con ideas distintas.