Fue a las tres de la madrugada cuando la fuerza terrorista se precipitó contra la base militar de Koulikoro, en la que está desplegado el contingente español. Los dos vehículos iban llenos de explosivos. Además, abrieron fuego de fusilería. Pretendían perpetrar una masacre, pero los efectivos españoles fueron más hábiles y lo evitaron. No hubo que lamentar bajas propias -sí entre los terroristas-, si bien aquel suceso marcó un antes y un después en la vida cotidiana del emplazamiento militar; los efectivos ya se fortifican para evitar nuevas agresiones del mismo tipo.
El ataque del pasado mes de febrero fue el primero contra la base de Koulikoro desde que comenzó la misión EUTM-Mali en 2013, en la que están desplegados los efectivos españoles. Es una misión de adiestramiento y asesoramiento a las tropas locales en su lucha contra el yihadismo y la inestabilidad que imperan en la región, especialmente en la zona norte del país. La agresión de Koulikoro fue reivindicada por Jama'at Nasr al-Islam wal Muslimin (JNIM), organización yihadista que forma parte de Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI).
El grueso del contingente español está en Koulikoro, donde hay casi 250 efectivos. El éxito de la intervención radicó en el estado de alerta de los militares que abrieron fuego contra los terroristas; su precaución, pese a las altas horas de la noche y a los antecedentes de no haber sufrido nunca un ataque similar, frustró la intentona yihadista.
Las obras de acondicionamiento
"Tenemos todo reforzado", admitió el teniente coronel José María Leira Neira, al frente del contingente, en una entrevista en EL ESPAÑOL. Esos refuerzos de seguridad, pasadas unas semanas, se han convertido ya en fortificaciones materiales.
El contingente ha clausurado la puerta principal, donde se concentró el ataque de los yihadistas. Las imágenes que llegaron de este lugar mostraban severos daños provocados por la onda expansiva de la explosión. Del mismo modo, se han iniciado las obras para construir un nuevo acceso a la base con "importantes medidas de seguridad", detallan desde el Estado Mayor de la Defensa (EMAD).
Este nuevo acceso será tanto para el personal de la Force Protection como para las unidades que residen dentro de la base. Las labores de acondicionamiento las coordinan militares españoles y checos.
Manteniendo la moral
Según detallan fuentes castrenses a este diario, la moral de los efectivos es alta pese al ataque yihadista. Los mandos han puesto especial énfasis en que la rutina habitual tardase lo menos posible en reinstalarse en la base. Un ejemplo de ello fue la carrera con una prueba de relevos en sprint organizada por la Brigada de Infantería Ligera Aerotransportable (BRILAT) en dependencias militares.
"El contingente español está volviendo a su ritmo diario previo al atentado sufrido en Koulikoro a finales de febrero", detalló el EMAD en un comunicado. Un "ritmo diario" que, en zona de operaciones, es sinónimo de seguridad.
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