Parecía una jugada perfecta. Pedro Sánchez había vuelto a sorprender con un golpe de efecto. Miquel Iceta, presidente del Senado. La noticia, adelantada por El País y confirmada después por el PSOE, era para empezar un claro mensaje simbólico: un catalán presidiría la cámara territorial.
Iceta, respetado en general tanto en ámbitos independentistas como en los constitucionalistas, daría más relevancia al cargo y a una Cámara Alta lastrada por la impopularidad en Cataluña tras la aplicación del artículo 155 de la Constitución. Si en algún momento el PSOE se planteó el traslado del Senado a Cataluña, ahora se iba a trasladar a un catalán a su presidencia.
Por otra parte, la marcha de Iceta a Madrid abría de forma tranquila el camino hacia la renovación en el PSC, que él dirige desde 2014, al tiempo que abría un capítulo más en la dilatada trayectoria política del líder de los socialistas catalanes, diputado en el Parlament desde 1999.
Pero Sánchez e Iceta no contaron con los partidos independentistas. Cuando el PSC ya confirmaba que Iceta compatibilizaría la presidencia del Senado con su acta en el Parlament de Cataluña y el liderazgo del PSC, llegó la bomba. ERC no va a apoyar a Iceta como senador por designación autonómica.
El socialista catalán no fue candidato al Senado en las últimas elecciones generales sino que Sánchez contaba con designarlo senador dentro del cupo que tienen los partidos en las cámaras legislativas regionales. Ahora, el senador del PSC designado por el PSC es el expresident de la Generalitat José Montilla, que rápidamente presentó su renuncia. Pero para enviar a un nuevo senador a Madrid hace falta que lo vote el pleno del Parlament. Y el PSC no tiene los votos.
El president del Parlament, Roger Torrent, anunció primero que agilizaría los trámites para tratar de que la votación sobre Iceta se produjese este mismo jueves, tras una reunión exprés de la comisión del Estatuto del Diputado. Finalmente, no será hasta la semana que viene cuando el Parlament decida.
Pero Iceta no lo tiene fácil. "Así no se hacen las cosas. No es forma de tomar decisiones, lo hemos sabido a través de la prensa. No podemos supeditar las instituciones catalanas a las decisiones de sillas que tome el PSOE", dijo Sergi Sabrià, presidente del grupo de ERC en el Parlament.
ERC no ha aclarado si votará que no o se abstendrá, pero todo indica a un voto negativo. Junts per Catalunya tampoco aclaró su voto, pero lo que primero hizo fue restarle urgencia al procedimiento. "No entendemos que concurra ningún tipo de urgencia", aseguró Gemma Geis, portavoz de Junts per Catalunya. "La última vez que el Senado intervino en la soberanía de Cataluña fue para suspender la autonomía de Cataluña", decisión en la que Iceta tuvo "un peso muy importante", según ella.
Por su parte, Ciudadanos tampoco ha decidido su voto, según fuentes del partido, muy críticas siempre con el líder de los socialistas. "El gran blanqueador del nacionalismo y paladín de un fantasmagórico derecho de autodeterminación de Cataluña, presidente de la Cámara encargada de avalar el artículo 155 y cuarta autoridad del Estado. Vas mal, Sánchez", tuiteó por su parte la diputada del PP catalán en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo.
Este miércoles por la noche, mientras la Ejecutiva del PSC se reunía para analizar la situación, Iceta sólo parecía contar con los votos de En Comú Podem y del propio PSC, algo que deja al candidato muy lejos de convertirse en senador. Y si no se convierte en parlamentario en la Cámara Alta, de nada sirve la mayoría absoluta que Sánchez tiene en el hemiciclo porque no podrá elegirlo.
Fuentes del PSC lamentaron la actitud de los independentistas. "Los senadores por designación los propone cada grupo y siempre salen respaldados por el conjunto de la cámara", explican las fuentes socialistas. Pero en esta ocasión, ERC decidió saltarse esa norma de cortesía parlamentaria que opera en otros parlamentos autonómicos y, hasta ahora, en el de Cataluña.
Puede que los partidos independentistas se enterasen por la prensa de que Iceta estaba llamado a ser presidente del Senado, pero pronto recibieron la llamada del PSC, que se puso en contacto con ERC y JxCat para sondear las posibilidades de un voto afirmativo o una abstención al menos.
Sabrià recordó que el Congreso y el Senado pueden tener pronto en sus manos la posibilidad de paralizar el juicio del procés si el Tribunal Supremo permite a los procesados que se presentaron a las elecciones tomar posesión de sus actas de diputados.
"Tumbar este suplicatorio supondría la libertad inmediata y el fin del juicio. Nos gustaría mucho saber cuál será la posición del PSOE en este tema", dijo Sabrià. Sánchez está embarcado en otra negociación. Si quiere que Iceta presida el Senado, tiene que negociar con los partidos independentistas. ERC, por si fuera poco, será probablemente decisivo para la propia investidura del líder socialista como presidente del Gobierno.