La ministra de Defensa, Margarita Robles, asume el peso de la decisión de retirar a la fragata Méndez Núñez del grupo de combate liderado por EEUU, que se dirige al Golfo Pérsico en medio de fuertes tensiones con Irán. España amaneció con la decisión de retirar a la fragata, que desde hace meses navega con otros buques estadounidenses, entre ellos el emblemático portaviones Abraham Lincoln, en una misión de vuelta al mundo que Washington ha modificado para aproximarse a Irán.
La ministra explicó su decisión desde Bruselas, donde participaba en una reunión del Consejo de Ministros de Defensa la Unión Europea. Es allí donde los debates se suceden con intensidad ante la creciente inestabilidad en el Golfo, con la asfixia económica a la que Donald Trump quiere someter a Teherán y la advertencia de las autoridades iraníes de que podrían reanudar el enriquecimiento de uranio tras cuatro años embarcados en un acuerdo de desnuclearización muy difícil alcanzar.
EEUU quiere aplicar una mayor mano dura contra Irán y pretende convencer a la UE del riesgo global que supone el rumbo del país, contra el que ha ido aplicando sanciones que afectan también a intereses europeos, pero en Bruselas se impone de momento la prudencia, tanto política ante Trump, como económica en defensa de sus propios intereses. Francia, Alemania e incluso el Reino Unido no se fían de las intenciones de la Casa Blanca o su preocupación por la estabilidad en el concierto internacional.
En ese contexto se inscribe la retirada de la fragata Méndez Núñez, que Defensa ha ordenado a pesar de que podría molestar a Washington y poner en peligro contratos millonarios para los astilleros españoles. Robles explicó en Bruselas que se trata de una cuestión "técnica".
La cuestión "técnica"
"Se llegó a un acuerdo hace dos años con una finalidad de carácter práctico". Y según la ministra, "la misión que ha decidido Estados Unidos no estaba prevista", ya que la original era conmemorar el aniversario de la vuelta al mundo, no sacar músculo para amedrentar a Irán.
Robles, eso sí, evitó cuestionar la política exterior estadounidense, circunscribiendo a aspectos legales la retirada y prometiendo que se reincorporará al operativo una vez EEUU abandone el Golfo, donde los riesgos para cualquier país aumentan por momentos.
El ministro de Exteriores, Josep Borrell, desayunó literalmente con la noticia en los medios, ya que participó en un encuentro informativo a primera hora de la mañana. Al ser preguntado, pidió "no tomarse a la tremenda" la decisión, pero no evitó respaldar la decisión de Robles. "Prefiero no entrar en arenas movedizas", dijo, alegando que participaba en el acto no como ministro sino como candidato a las elecciones europeas.
Exteriores, diplomático con Defensa
Fuentes de su departamento eludieron compartir el peso de la decisión o aclarar si fueron involucradas en el proceso, una muestra de que Exteriores prefiere que sea Robles quien soporte la responsabilidad de la decisión.
Desde Moncloa se recordó que la retirada de la fragata no correspondía directamente al presidente del Gobierno. E"s una competencia propia del Ministerio de Defensa", recordaron. "El presidente está al corriente de la situación y de la decisión desde el primer momento", aseguraron después.
Hace unos meses, la decisión de Robles de paralizar la venta de armas a Arabia Saudí levantó muchos recelos en el Gobierno porque podía poner en peligro las relaciones con el país y contratos multimillonarios para los astilleros.
Sin embargo, en esta ocasión, Robles sintoniza con el sentir del núcleo duro de la UE, aunque en su propio Gobierno no salgan a defenderla explícitamente.
Preocupación en la UE
"Estamos muy preocupados por el riesgo de que se produzca un conflicto por accidente, con una escalada que ninguna de las dos partes desea realmente pero que podría acabar en un conflicto", dijo el lunes Jeremy Hunt, secretario de Exteriores británico, ante una visita sorpresa de su homólogo de EEUU, Mike Pompeo, a Bruselas para recabar sin éxito apoyo en sus socios comunitarios. "
Mike Pompeo ha escuchado claramente de nuestra parte que estamos viviendo un momento crucial y delicado en el que la actitud más responsable debe ser la máxima contención y evitar cualquier escalada militar", en palabras de Federica Mogherini, jefa de la diplomacia europea.
"Este acuerdo nuclear es para nosotros la base para evitar que Irán adquiera un arma nuclear en el futuro, que es algo existencial para nuestra seguridad en Europa. En mi reunión bilateral con Mike Pompeo le he dejado claro nuestra inquietud sobre la tensión en la región", señaló el jefe de la diplomacia alemana, Heiko Maas.
En España, la ministra portavoz, Isabel Celaá, pidió este martes "gran prudencia" al abordar este asunto, pero sí apuntó a la "imprevisibilidad" de Trump como causa de la retirada.