"Tememos el futuro, es más que incierto". Los guardias civiles destinados en Navarra asisten a los pactos de Gobierno en la Comunidad Foral con la incertidumbre sobre su situación. Creen que la transferencia de competencias -especial referencia a Tráfico- pone en riesgo la estancia de 200 agentes y sus familias en la región. Y que un Ejecutivo apoyado por los nacionalistas podría empujarles al "desahucio" y a "hacer las maletas".
María Chivite, líder del PSN, deshoja la margarita de su investidura. Salvó in extremis un acuerdo para constituir la mesa del Parlamento navarro, cediendo la presidencia a Geroa Bai. Con esa maniobra esquivó el torpedo que amenazaba a la línea de flotación de cualquier acuerdo de investidura.
Las matemáticas son precisas: Navarra Suma, coalición que integra a las fuerzas de centro y derecha -UPN, PP y Cs-, fue la fuerza más votada; pero el PSN, alcanzando un acuerdo con el resto de fuerzas y la abstención de EH Bildu, puede alcanzar la presidencia foral.
El mensaje inicial desde Ferraz -"no pactaremos en ningún caso con Bildu"- no ha impedido un acercamiento del PSN a las fuerzas nacionalistas. En un juego de sillas, los de Chivite sostienen que bajo ningún concepto llegarán a acuerdos con los abertzales; pero lo cierto es que necesitan al menos su abstención.
Y es en esa ecuación donde los guardias civiles destinados en Navarra temen por su futuro: "Es de sobra conocida la postura de los partidos independentistas hacia nuestra presencia en Navarra", señalan fuentes asociativas del Instituto Armado que se han reunido con los líderes políticos de la Comunidad Foral. Al menos, con aquellos que les han abierto las puertas.
Añaden: "El único que ha dicho públicamente que quiere que nos quedemos, aunque haya traspaso de competencias, es Javier Esparza [candidato de UPN, ahora de Navarra Suma]".
Tráfico, montaña y naturaleza
Las unidades que están bajo el foco son las de Tráfico, pero también las del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (Greim) y del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona). Respecto a la primera, actualmente hay cerca de 200 agentes (y sus familias) desplegados en la Comunidad Foral.
Una sentencia del Tribunal Supremo falló que Navarra es competente para regular la circulación en carreteras. Y Pedro Sánchez comunicó a la entonces presidenta foral, Uxue Barkos, que había vía libre para transferir la competencia.
Pese a ello, Interior ha trasladado a asociaciones de la Guardia Civil que el Instituto Armado y la Policía Foral pueden compartir esta competencia. "Marlaska nos comunicó que aún no existe una postura adoptada por el Gobierno ni por el Ministerio", detalla un portavoz de la Asociación Pro Guardia Civil (APROGC). Ocurrió en sesión del Consejo en fecha del 27 de marzo de este año.
La sensación, no obstante, es que el futuro depende de voluntades políticas. Y que los pactos de Gobierno en Navarra pueden ser determinantes.
Respecto a los Greim y al Seprona, como ya contó EL ESPAÑOL, sus agentes se sienten apartados de operativos que históricamente desempeñaban, en detrimento de la Policía Foral o de los Bomberos. Fuentes conocedoras de la situación sostienen que la maniobra corresponde a los planes del anterior Gobierno navarro para recuperar las competencias.
"Nos preocupa mucho el futuro de nuestros compañeros en Navarra -concluyen desde la Asociación Pro Guardia Civil-. Llevan años, décadas destinados allí y muchos de sus hijos han nacido en la Comunidad. No quieren marcharse, pero la situación que viven es de absoluta incertidumbre".