La investidura de Pedro Sánchez ha fracasado. Al menos, el primer intento tras las elecciones del 28 de abril. Tras el 'no' del Congreso al candidato socialista de este jueves, donde Sánchez necesitaba una mayoría simple (más síes que noes) para salir investido, se abren ahora dos escenarios. El primero pasa por retomar la negociación de aquí a septiembre y buscar entonces un nuevo pleno de investidura. El segundo, resignarse a que directamente se repitan las elecciones. Serían el 10 de noviembre.
Las últimas generales fueron el 28 de abril. Sánchez fue propuesto por el Rey candidato a la investidura el pasado 6 de junio. El 2 de julio, casi un mes después, la presidenta del Congreso, Mertixell Batet, comunicó que Sánchez se sometería a la investidura en un pleno que comenzó el 22 de julio.
Es a Batet, como jefa del Legislativo a quien corresponde fijar formalmente la fecha de este tipo de debates. La norma dice que, una vez el Rey propone a un aspirante, la presidencia del Congreso de los Diputados es quien convoca el pleno para debatir y votar.
El reloj parlamentario
Tras la votación fallida del martes, se ha puesto en marcha el llamado reloj de la democracia. Si en dos meses desde esa primera votación -23 de julio- ningún candidato es elegido, se repetirán los comicios. Pero la repetición no es inmediata. Según la ley electoral, enmendada tras el último período de bloqueo, en 2016, habrá que sumar otros 47 días para preparar la cita con las urnas. Así, las elecciones se celebrarían el 10 de noviembre. Y si el resultado de las urnas sigue sin deparar una fórmula de Gobierno clara y viable, vuelta a empezar.
Así, el lunes 23 de septiembre será el último día para que una investidura sea exitosa. El proceso sería el mismo, una primera votación en la que el candidato necesitaría mayoría absoluta y una segunda, 48 horas después de la primera, en la que la mayoría simple sería suficiente.
Hay una salvedad, muy azuzada por el PSOE. La responsabilidad de proponer a un candidato corresponde al Rey Felipe VI, como indica la Carta Magna. Según ha repetido en reiteradas ocasiones Sánchez, su investidura decae este jueves. Es decir, que ahora ya no depende de él ser candidato sino del monarca. Ya no es candidato hasta que el Rey lo diga.
En realidad, es un argumento cuestionable, ya que si Sánchez llegase a Moncloa tras haber negociado el apoyo de Unidas Podemos y las abstenciones de ERC o el PNV, el rey difícilmente se opondría en proponerlo de nuevo a la Cámara. Sería tanto como un monarca bloqueando el país. Sin embargo, Sánchez probablemente tendría que llegar a Zarzuela con los deberes y las cuentas hechas si quiere ser propuesto.
Convocatoria el 24 de septiembre
En caso de no haber acuerdo, el 24 de septiembre el Boletín Oficial del Estado publicaría la convocatoria electoral para unos nuevos comicios.
Las elecciones, en caso de que se repitiesen, serían el domingo 10 de noviembre. Por supuesto, Sánchez cree que no será necesario ir a nuevos comicios pero está también convencido de que tanto a él como al líder del PP, Pablo Casado, no les iría mal en ellos. Por ese motivo, en el PSOE creen que las posturas de los demás partidos se irán suavizando en cuanto el reloj vaya marcando las horas decisivas. Especialmente la de Unidas Podemos.
Como desde la primera votación de investidura hay dos meses para elegir presidente antes de ir a las urnas, podemos estar ante un verano de contactos o negociaciones.