El Gobierno de Gibraltar vuelve a cargar contra una actuación de las patrulleras de la Guardia Civil. En esta ocasión, el casus belli, por ridículo que parezca, ha sido el sedal de un pescador local de atún.
Según el Gobierno del Peñón, una patrullera española se acercó al pescador, que había enganchado a un pez con su hilo. Entonces, un agente a bordo de la embarcación española procedió a cortar el sedal y después la lancha abandonó el lugar.
"Los ciudadanos británicos tienen derecho a llevar a cabo sus actividades legítimas en aguas británicas sin verse sujetos a ninguna interferencia por parte de agentes de otro Estado", ha protestado el Gobierno de Fabian Picardo.
*Vídeo difundido por la cadena gibraltareña GBC News.
Los incidentes son frecuentes en esas aguas porque Gibraltar y Reino Unido consideran que las aguas colindantes al Peñón, hasta tres millas náuticas, son "aguas territoriales británicas de Gibraltar", mientras que España alega que en el Tratado de Utrecht (1713) no se cedió espacio marítimo, y que por tanto el Peñón no tiene más aguas que las del puerto. Así, el litigio por las aguas es origen de incidentes periódicos y de cruces de protestas diplomáticas entre Madrid y Londres.
El Gobierno gibraltareño ha señalado que todo el incidente de este jueves "está grabado en vídeo" y ha tachado de "inaceptable" un comportamiento así "por parte de agentes de las Fuerzas del Orden".