¿Qué hacía en ETA un gallego sin vínculos con el País Vasco o Navarra? Y no en un grupo de apoyo a los pistoleros; Rafael Caride Simón formaba parte del sanguinario comando Barcelona, dirigido por el histórico Santi Potros. Demostró toda su fuerza terrorista en la masacre de Hipercor de 1987: 21 víctimas y 45 heridos. Ha pasado 26 años de prisión y este domingo queda en libertad. Esta es la trayectoria de un etarra atípico, que ha mostrado su arrepentimiento y que ha sido expulsado por la banda a la que juró fidelidad.
Un recorrido atípico. Rafael Caride Simón nació en Vigo hace 74 años. Tiempos de posguerra y de franquismo. Entró en los círculos sindicales y pronto fue fichado por la Policía. Huyó al País Vasco y empezó a desempeñarse en una fábrica. Ahí comenzaría su proceso de transformación hacia el radicalismo de ETA.
Porque en su trabajo entró en contacto con el sindicato abertzale LAB. Y en esos tiempos, a través de ese entorno, era fácil dar el salto a ETA. Así, en los 80 -ya rondaba los 35 años, edad tardía en esos tiempos en comparación con otros terroristas que entraban en la banda- se marchó a Francia para ponerse a disposición de la organización.
Formó uno de los grupos mejor preparados de ETA junto a Domingo Troitiño y Mercedes Ernaga; a los mandos del comando estaba Santiago Arróspide Sarasola, más conocido como Santi Potros.
La masacre
El 19 de junio de 1987 pusieron en marcha toda su maquinaria terrorista.
El coche estaba cargado con 27 kilos de amonal y 200 litros de líquidos incendiarios. También habían añadido pegamento y escamas de jabón. Un juez diría que los efectos de la deflagración eran similares a los del napalm. Con un margen de media hora telefonearon en varias ocasiones a los servicios de seguridad del centro comercial, pero no dijeron que la carga explosiva estaba oculta en un coche.
Las consecuencias del atentado son conocidas: una vorágine de fuego y humo asoló los cimientos del edificio. 21 personas murieron y 45 resultaron heridas. EL ESPAÑOL ya contó la historia de Pedro Ortega, el héroe desconocido que se lanzó a aquel abismo para salvar varias vidas.
En 1992, la Guardia Civil y la Policía francesa desarticularon la cúpula de ETA en Bidart, un golpe que diezmó las capacidades de la banda terrorista. Además de las detenciones de los jefes terroristas, los investigadores accedieron a documentación crucial para llevar a cabo nuevos operativos. Una de las pistas les condujo hasta Rafael Caride Simón.
El gallego miembro de ETA fue detenido el 21 de febrero de 1993 en la localidad francesa de Toulouse.
Su proceso de arrepentimiento
Condenado a 790 años de prisión como autor material del atentado de Hipercor, Caride Simón inició un rosario de estancias en diferentes centros penitenciarios; primero en Francia y luego en España. También dio comienzo a un profundo proceso de arrepentimiento.
Se reunió con víctimas del terrorismo y firmó cartas en la que exigió a ETA que admitiese el daño causado con su trayectoria criminal. Junto a un puñado de compañeros de la organización, Rafael Caride aceptó la política penitenciaria y renunció públicamente al uso de la violencia. En otras palabras, se acogió a la vía Nanclares para su reinserción.
La respuesta de ETA fue contundente: renegaban de su excompañero y declaraban que ya no era uno de los suyos.
Arrepentido y con su condena cumplida, Rafael Caride abandona definitivamente este domingo la cárcel de Zaballa (Álava); llevaba en libertad condicional desde 2017. A diferencia de lo que ha ocurrido con otros terroristas que no renegaron de su trayectoria criminal, no se espera ningún acto de homenaje público al autor del atentado de Hipercor.