Tikrit, Mosul, Kirkuk. Uno tras otro, los bastiones iraquíes en los que el Estado Islámico se había hecho fuerte fueron cayendo. Hasta que hace poco más de un año y medio se declaró la victoria militar sobre los yihadistas en un país rasgado por años de conflicto visceral. Sin embargo, Daesh todavía mantiene algunas estructuras vivas dentro del país. "Durmientes" es la palabra que utiliza el Ejército español para definirlas. Y advierten del riesgo de no prestarles la suficiente atención.
La ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles, mantuvo este lunes una videoconferencia con militares españoles desplegados en misiones en el exterior. Desde Irak, el general Waldo Barreto (jefe de fuerza), el teniente coronel José María Laiz (Operaciones Especiales) y el comandante Jorge Ginés Acero (de la fuerza de helicópteros) participaron a la ministra de las novedades en la operación.
Según las explicaciones de los militares, el Ejército español trabaja en el adiestramiento de dos brigadas; una de las Fuerzas Armadas iraquíes y otra de la Policía Federal. En total, unos 2.000 efectivos a los que instruyen con el objetivo de sentar las bases de seguridad en un país que lastra las consecuencias de la última guerra.
La caída de Daesh
"Sin variaciones que hagan presagiar grandes cambios en fechas venideras", advirtieron los militares españoles. Pero sí lanzaron un mensaje para permanecer en alerta: "Una vez que Estado Islámico cayó como un aglutinador de instituciones que controlaban el territorio, Daesh está estableciendo células durmientes en toda la zona del norte de Irak".
¿Cuál es la misión de esas "células durmientes"? El Ejército iraquí, apoyado por la Coalición Internacional, mantiene una fuerte presión en las regiones en las que los yihadistas eran más fuertes. En la mente de los terroristas, ahora no es momento de actuar. Trabajan en "recomponerse y estar en condiciones de volver a operar".
Una extensa labor
Fuentes de seguridad consultadas por EL ESPAÑOL apuntan que la derrota militar de Estado Islámico en los países en los que era más fuerte -Siria e Irak- no conlleva de forma automática una extinción total de sus fuerzas y, menos aún, de su ideología. Ese es un trabajo que requiere años, décadas, y que se debe afrontar desde varias perspectivas políticas y sociales, aseveran las mismas fuentes.
De ahí que las Fuerzas Armadas española participen en la Coalición Internacional desplegada en Irak. Su misión es la de adiestramiento y asesoramiento a las tropas iraquíes para que sean ellas las que sienten las bases de seguridad en el país. Todo ello sin dejar de atender la amenaza "durmiente" que representa el Estado Islámico en el país.