"Señalamos a Unidas Podemos como nuestro socio preferente para gobernar. No queremos votos gratis". Pedro Sánchez dijo esta frase el martes en la presentación de su programa y en Podemos se arqueó incrédulamente más de una ceja.
Los de Pablo Iglesias creen que, si Sánchez no quiere convertirse en presidente gratis, hasta ahora apenas se ha rascado el bolsillo. Pero en el PSOE reivindican que, en realidad, la mejor manera de obligar al PSOE es firmando un acuerdo programático que, según los socialistas, es perfectamente verificable a través de novedosos y eficaces mecanismos.
Ahí se quedó la frase hasta que, unas horas después, comenzó a hacer fortuna en conversaciones informales la posibilidad de que Unidas Podemos le vea las orejas al lobo, se rompa o tema la repetición electoral y, en un golpe de efecto, decida apoyar a Sánchez a cambio de nada y sin firmar ningún papel. De momento, el partido de Pablo Iglesias ni contempla oficialmente esta posibilidad, pero, ¿y si en el último momento fuese posible?
La soledad del un-dos-tres
De esa manera, los socialistas tendrían que comprobar lo que es gobernar con 123 diputados, el grupo más escuálido en la democracia, si se exceptúan los meses posteriores a la moción de censura. Con un Podemos de uñas, más exigente que nunca en cada ley que se tramite, y un centroderecha a la ofensiva, Sánchez constataría que, en realidad, hubiera sido más fácil gobernar con ministros morados y 165 diputados. Si a Sánchez le fuera muy mal solo, hay quién piensa que podría recapacitar y apostar a mitad de legislatura por lo que se viene llamando ya una "coalición en diferido".
Fuentes parlamentarias socialistas insistieron este miércoles en que la clave es el pacto de 370 medidas y aseguraron que lo que quieren es "un Gobierno estable". "No queremos su apoyo sólo para la investidura, porque después vendrán los Presupuestos", explicaron. Los socialistas aseguran que no esperarán hasta el último momento para saber si Unidas Podemos los apoya o no a cambio de nada. Quieren una base amplia de diputados y que todos ellos apoyen el programa de Gobierno. Y para saber si eso es posible bastará con ver la disposición de Podemos en las reuniones de los próximos días.
¿Qué le dirá Sánchez al Rey?
El PSOE asegura que no pedirá al Rey que proponga a Sánchez como candidato si a la hora de las consultas con el monarca no hay un acuerdo amarrado. En ese sentido, las negociaciones podrían acortarse una semana, como explicó el martes EL ESPAÑOL. Si no hay acuerdo como muy tarde el domingo 15 de septiembre o, in extremis, el lunes 16, Sánchez daría por perdida la legislatura. Comenzaría el dominó. El Rey podría concluir que ningún candidato tiene los votos. Meritxell Batet no convocaría un nuevo pleno de investidura y, por lo tanto, no habría ninguna votación. No haría falta agotar el plazo del 23 de septiembre para saber si se vota el 10 de noviembre.
Crecen en el PSOE las voces que apuntan a que, llegados a este punto, lo que más conviene es ir a elecciones. Por una parte, los sondeos sonríen a los socialistas, que podrían subir desde los 123 que tienen en la actualidad. Algunos cálculos sitúan al PSOE en torno a los 140 escaños o más. Incluso aunque algunos fueran a costa de Podemos, en Ferraz (y en otros partidos) no creen que el tablero cambiase radicalmente. Sánchez seguirá dependiendo de Iglesias. La diferencia es considerar que puede haber dos elecciones seguidas, pero en un Congreso sin candidato alternativo a Sánchez, no puede haber tres.
Si los comicios del 10 de noviembre van a dejar al PSOE en una mucho mejor situación, ¿para qué ceder ahora ante Podemos?, se preguntan algunos. Es lo que un portavoz de un grupo parlamentario describió este miércoles como "ivanredondismo del bueno", en referencia a Iván Redondo, estratega jefe de Sánchez. Si el PSOE doblega ahora a Podemos, Sánchez gana. Si hay elecciones, el PSOE subirá y Sánchez gana. Sánchez siempre gana, incluso cuando pierde.
La "putada" de un Gobierno paralizado
Hay quien en el PSOE es mucho más prosaico y cree que un apoyo sin condiciones de Podemos dejaría al partido en una situación de gran debilidad. "Imagínate el Congreso cada semana, lo difícil que sería sacar cada ley. Un apoyo gratis sería una putada, pero yo creo que nos vamos a elecciones", explica un miembro de la Ejecutiva socialista.
De eso, de la dificultad de gobernar con 123 diputados y la confianza con Podemos rota, han advertido algunos a Sánchez en privado y Pablo Iglesias en público. No es lo mismo construir mayorías con 166 diputados (PSOE, Unidas Podemos y Compromís), que hacerlo con 123 y tu "socio preferente" deseando que te estrelles tras sufrir lo que él mismo considera como una "humillación".
Sin embargo, cabe la posibilidad de que estos nuevos sudores fríos ante un apoyo gratis de Podemos sea tan solo un señuelo y que, a fuerza de trasladar que a Sánchez no le conviene un apoyo gratis, sea precisamente lo que Iglesias acabe decidiendo. En ese caso, Sánchez podría pasar a la Historia como el presidente que, con menos diputados, fue investido sin haber pactado nada con nadie. Y, después, ya desde la Moncloa y con un mandato para cuatro años, a jugar la legislatura partido a partido.