El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha anunciado este martes en el Pleno de la capital que los agentes de la Policía Municipal usarán pistolas eléctricas que el Gobierno municipal considera una "alternativa moderada" al uso de armas de fuego en situaciones de crisis.
El Ayuntamiento iniciará los trámites para implementar esta medida, anunciada por el regidor madrileño durante una comparecencia en la que, a petición del PSOE, ha rendido cuentas sobre sus primeros cien días de mandato.
En concreto, la capital quiere adquirir doscientos dispositivos táser -el modelo más habitual es de esta marca, que se usa como nombre genérico- para repartirlos entre las 22 unidades de distrito y en unidades específicas, lo que supondrá una inversión de 500.000 euros -alrededor de 2.000 euros por dispositivo-.
Los agentes recibirán instrucción para poder emplear estas armas y tendrán que superar además una capacitación específica.
Cada equipo, que se instalará en los vehículos policiales, incluye la pistola eléctrica y también una cámara de visionado y grabación para registrar cualquier intervención.
Estos dispositivos se utilizarían cuando otros medios no violentos resulten "ineficaces" para inmovilizar, detener o impedir la fuga de una persona "que manifieste un peligro inminente de lesionar a terceros o a sí mismo y cuando deba impedirse la comisión de un delito".
Los agentes deberán usar estas pistolas eléctricas, que emplean alto voltaje y baja intensidad, para paralizar temporalmente los músculos de quien recibe la descarga, bajo los principios de "proporcionalidad, congruencia y oportunidad".
El objetivo es que las detenciones se realicen de esta forma de una "manera segura", tanto para el agente como para el detenido, según argumentan desde el área que dirige la delegada Inmaculada Sanz.
El Consistorio madrileño argumenta además que estos dispositivos son ampliamente utilizados en "los países más desarrollados" y citan Alemania, Reino Unido, Canadá, Noruega.